Elección de procurador-a: una votación decantada
Con una amplía mayoría, la plenaria del Senado vota este jueves por la exministra Margarita Cabello como próxima cabeza del ente de control. La ternada por Duque suma apoyos de los partidos más grandes en el Congreso.
Solo un hecho extraordinario —de esos poco usuales en la política en Colombia— impedirá que hoy el Senado elija como próxima procuradora a Margarita Cabello, quien hasta hace menos de 15 días fungía como ministra de Justicia del gobierno de Iván Duque. La exfuncionaria, ternada por el propio jefe de Estado, y que llega con el guiño de las mayorías en el Congreso, manejará un presupuesto que solo en 2020 ascendió a casi $ 1 billón y tendrá como tarea ejercer control disciplinario a cerca de 1,2 millones de servidores públicos.
Lea también: Procuraduría: ¿una elección cantada en el Senado?
Si bien en la carrera figuran también el exviceprocurador Juan Carlos Cortés, nominado por el Consejo de Estado, y el exmagistrado de la Judicatura Wilson Ruiz, presentado por la Corte Suprema de Justicia, la elección parece estar decantada a favor de Cabello. La candidata, a quien relacionan con la casa política de los Char, aglutina los apoyos de los partidos de la U, Cambio Radical, el Centro Democrático, los conservadores y los liberales.
Eso, en plata blanca, significa que la abogada barranquillera tiene por lo menos el 70 % de los apoyos en el Senado. Las cuentas están así: de los 107 senadores, Cabello sumaría 19 apoyos del Centro Democrático, 13 de los conservadores, al menos 12 de la U, tres de Mira, tres de Colombia Justa-Libres y un voto de la Alianza Social Indígena. Así las cosas, solo con los partidos de gobierno tendría el respaldo de 51 parlamentarios.
En contexto: Los senadores investigados que votarán a la Procuraduría
A estos apoyos se suman los de los independientes: Partido Liberal (14 votos) y Cambio Radical (16). Es decir, la exministra sumaría una holgada mayoría de 81 votos, pese a que apenas le bastan 54 para hacerse elegir. De esta manera, la ternada por Duque contaría con una aplanadora similar a la que puso el jefe de Estado en la Cámara de Representantes para la elección del próximo defensor del Pueblo, Carlos Camargo. Dicho en otras palabras, el presidente logró poner a los suyos a la cabeza de los máximos organismos del Ministerio Público.
Pese a la unanimidad alrededor de Margarita Cabello, hay quienes no ven del todo favorable su nombre. Quizás el mayor opositor a su elección sea, paradójicamente, uno de los grandes aliados del Gobierno: el expresidente Andrés Pastrana, quien le pidió a Duque retirar la nominación de la exministra, advirtiendo que “entregarse a los Char es un error histórico en contravía del mandato que le dieron las urnas”. Esto, por la cercanía de Cabello con el clan político costeño, a tal punto que sonó para aspirar a la Gobernación del Atlántico con el espaldarazo del cacique Fuad Char.
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Con su elección, Cabello rompería además la tradición que marcó la elección de procurador en la última década, pues los ternados por el Consejo de Estado resultaron victoriosos en las últimas tres ocasiones: Fernando Carrillo, Alejandro Ordóñez y Edgardo Maya.
Quién es quién
Aunque las mayorías con las que cuenta Margarita Cabello la dan, hasta ahora, como la próxima procuradora, no deja de ser imprescindible reconocer la trayectoria de los tres aspirantes a reemplazar a Fernando Carrillo. Esto como una forma de entender cuál sería su enfoque y los fantasmas y luces que los acompañarán a ellos y a las tan necesarias funciones de control disciplinario en el país durante los próximos cuatro años.
El primer ternado que se conoció, Juan Carlos Cortés, tiene la ventaja de haber cosechado experiencia en las tres ramas del poder público, así como sumarles a su perfil cargos de peso internacional como consultor de temas de posconflicto en el Banco Mundial y director en el Área Andina de la Organización Iberoamericana de Seguridad Social (OISS).
Cortés casi toda su carrera pública la ha transitado en dupla con y bajo la sombra de Carrillo, pero quedó demostrado que su poder no le alcanzó para revestir de apoyos a su ficha para darle continuidad a su gestión. El exviceprocurador es un abogado curtido en temas de derecho administrativo y constitucional, y ha laborado en el Ministerio de Justicia, Dirección Nacional de Estupefacientes y Fiscalía. Sus apuestas, además de la atención poscoronavirus, serán la lucha contra la corrupción, el Acuerdo de Paz, ética pública, derechos de colectividades y modernización de la justicia.
Wilson Ruiz fue el segundo ternado. Para algunos, su aspiración no fue algo nuevo en sus intenciones de ganar poder en el mundo político y reconocimiento en la escena nacional.
Lea también: Los argumentos de los ternados a procurador para que el Congreso los elija
Al exmagistrado del Consejo Superior de la Judicatura solo le faltaba aspirar a la Procuraduría, porque en 2007 y 2018 buscó llegar a la Defensoría y a la Contraloría, respectivamente, pero no recibió el apoyo parlamentario. En el Congreso, el único éxito que ha tenido es haber logrado ser escogido como togado para la Judicatura, donde también llegó a ser su presidente. Sus intentos de hacer eco en la opinión pública también fueron reconocidos en 2015, cuando se postuló a registrador. Puja que en últimas ganó Juan Carlos Galindo. Ruiz le apuesta a una entidad garante del cumplimiento del Acuerdo de Paz, promotora de derechos, lucha contra la corrupción y atención pospandemia.
En la hoja de vida del exmagistrado se registran sus experiencias como procurador delegado en la administración de Alejandro Ordóñez, presidente de la Comisión Interinstitucional de la Rama Judicial y asesor de la Comisión de Acusación de la Cámara. Una columna de la periodista Cecilia Orozco, señala que Ruiz fue abogado del narcotraficante Juan Carlos Ramírez Abadía, alias Chupeta, y que fue un visitante recurrente de La Picota mientras estaba recluido Juan Carlos Martínez Sinisterra, condenado por vínculos con el paramilitarismo. Él respondió que lo hizo porque el exsenador le estaba pidiendo servicios como abogado: “No me pueden cuestionar por ser litigante”, dijo a W Radio.
Por último, está la ya mencionada favorita para liderar el Ministerio Público, quien dio el salto del Tribunal Superior de Barranquilla a la escena nacional en 2009, cuando fue procuradora delegada para la vigilancia disciplinaria en la administración de Ordóñez. Ese mismo año estuvo ternada por Álvaro Uribe a la Fiscalía, luego de que la Corte Suprema de Justicia descartara otros nombres propuestos por el expresidente. Cabello es abogada, especialista en Derecho de Familia y Derecho Procesal y ha escalado entre las ramas Judicial y Ejecutiva para lograr esta aspiración que, para una gran mayoría, también representa la oportunidad para que una mujer esté a la cabeza de la Procuraduría. En ese sentido, las mujeres y la atención en todos los flancos a la pandemia son sus principales apuestas.
En contexto: Margarita Cabello es la candidata de Iván Duque para la Procuraduría
En 2012, Cabello llegó a la Corte Suprema de Justicia y faltando un año para que terminara su período como togada renunció para reemplazar a Gloria María Borrero como ministra de Justicia. En ese despacho, entretanto, en 2018 el presidente Duque puso a consideración su nombre como fiscal ad hoc para investigar todo lo relacionado con Odebrecht, pero Cabello renunció ante dicho reconocimiento y con esto abonó terreno para hacer traspaso al Ejecutivo. , su efectividad para mover fichas y lograr mayorías con relación a Borrero mostró resultados con la aprobación del acto legislativo que elimina la prohibición de cadena perpetua para quienes cometan delitos contra los niños, logro en medio de la virtualidad con la que estaba operando el Congreso.
Eso sí, Cabello llega con un gran cuestionamiento por su responsabilidad política con relación al motín de la cárcel La Modelo y la crisis penitenciaria que vive el país. En el intento de motín de marzo pasado murieron 24 internos y otros 83 resultaron heridos. Un lamentable saldo por el que, lo más probable, el Estado será demandado por los familiares de las víctimas, mismo Estado al que Cabello tendrá que vigilar para que se cumplan las buenas prácticas de servicio público.
Si se cumple el vaticinio, Cabello asumirá a partir de enero de 2021. Además de garantizar independencia frente al Gobierno, uno de sus desafíos inmediatos será el proceder ante el fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que declaró culpable al Estado por violar los derechos políticos de Gustavo Petro, cuando fue destituido e inhabilitado como alcalde de Bogotá por la procuraduría de Ordóñez, y sentó un precedente con relación a las limitaciones jurisdiccionales del Ministerio Público.
Solo un hecho extraordinario —de esos poco usuales en la política en Colombia— impedirá que hoy el Senado elija como próxima procuradora a Margarita Cabello, quien hasta hace menos de 15 días fungía como ministra de Justicia del gobierno de Iván Duque. La exfuncionaria, ternada por el propio jefe de Estado, y que llega con el guiño de las mayorías en el Congreso, manejará un presupuesto que solo en 2020 ascendió a casi $ 1 billón y tendrá como tarea ejercer control disciplinario a cerca de 1,2 millones de servidores públicos.
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Si bien en la carrera figuran también el exviceprocurador Juan Carlos Cortés, nominado por el Consejo de Estado, y el exmagistrado de la Judicatura Wilson Ruiz, presentado por la Corte Suprema de Justicia, la elección parece estar decantada a favor de Cabello. La candidata, a quien relacionan con la casa política de los Char, aglutina los apoyos de los partidos de la U, Cambio Radical, el Centro Democrático, los conservadores y los liberales.
Eso, en plata blanca, significa que la abogada barranquillera tiene por lo menos el 70 % de los apoyos en el Senado. Las cuentas están así: de los 107 senadores, Cabello sumaría 19 apoyos del Centro Democrático, 13 de los conservadores, al menos 12 de la U, tres de Mira, tres de Colombia Justa-Libres y un voto de la Alianza Social Indígena. Así las cosas, solo con los partidos de gobierno tendría el respaldo de 51 parlamentarios.
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A estos apoyos se suman los de los independientes: Partido Liberal (14 votos) y Cambio Radical (16). Es decir, la exministra sumaría una holgada mayoría de 81 votos, pese a que apenas le bastan 54 para hacerse elegir. De esta manera, la ternada por Duque contaría con una aplanadora similar a la que puso el jefe de Estado en la Cámara de Representantes para la elección del próximo defensor del Pueblo, Carlos Camargo. Dicho en otras palabras, el presidente logró poner a los suyos a la cabeza de los máximos organismos del Ministerio Público.
Pese a la unanimidad alrededor de Margarita Cabello, hay quienes no ven del todo favorable su nombre. Quizás el mayor opositor a su elección sea, paradójicamente, uno de los grandes aliados del Gobierno: el expresidente Andrés Pastrana, quien le pidió a Duque retirar la nominación de la exministra, advirtiendo que “entregarse a los Char es un error histórico en contravía del mandato que le dieron las urnas”. Esto, por la cercanía de Cabello con el clan político costeño, a tal punto que sonó para aspirar a la Gobernación del Atlántico con el espaldarazo del cacique Fuad Char.
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Con su elección, Cabello rompería además la tradición que marcó la elección de procurador en la última década, pues los ternados por el Consejo de Estado resultaron victoriosos en las últimas tres ocasiones: Fernando Carrillo, Alejandro Ordóñez y Edgardo Maya.
Quién es quién
Aunque las mayorías con las que cuenta Margarita Cabello la dan, hasta ahora, como la próxima procuradora, no deja de ser imprescindible reconocer la trayectoria de los tres aspirantes a reemplazar a Fernando Carrillo. Esto como una forma de entender cuál sería su enfoque y los fantasmas y luces que los acompañarán a ellos y a las tan necesarias funciones de control disciplinario en el país durante los próximos cuatro años.
El primer ternado que se conoció, Juan Carlos Cortés, tiene la ventaja de haber cosechado experiencia en las tres ramas del poder público, así como sumarles a su perfil cargos de peso internacional como consultor de temas de posconflicto en el Banco Mundial y director en el Área Andina de la Organización Iberoamericana de Seguridad Social (OISS).
Cortés casi toda su carrera pública la ha transitado en dupla con y bajo la sombra de Carrillo, pero quedó demostrado que su poder no le alcanzó para revestir de apoyos a su ficha para darle continuidad a su gestión. El exviceprocurador es un abogado curtido en temas de derecho administrativo y constitucional, y ha laborado en el Ministerio de Justicia, Dirección Nacional de Estupefacientes y Fiscalía. Sus apuestas, además de la atención poscoronavirus, serán la lucha contra la corrupción, el Acuerdo de Paz, ética pública, derechos de colectividades y modernización de la justicia.
Wilson Ruiz fue el segundo ternado. Para algunos, su aspiración no fue algo nuevo en sus intenciones de ganar poder en el mundo político y reconocimiento en la escena nacional.
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Al exmagistrado del Consejo Superior de la Judicatura solo le faltaba aspirar a la Procuraduría, porque en 2007 y 2018 buscó llegar a la Defensoría y a la Contraloría, respectivamente, pero no recibió el apoyo parlamentario. En el Congreso, el único éxito que ha tenido es haber logrado ser escogido como togado para la Judicatura, donde también llegó a ser su presidente. Sus intentos de hacer eco en la opinión pública también fueron reconocidos en 2015, cuando se postuló a registrador. Puja que en últimas ganó Juan Carlos Galindo. Ruiz le apuesta a una entidad garante del cumplimiento del Acuerdo de Paz, promotora de derechos, lucha contra la corrupción y atención pospandemia.
En la hoja de vida del exmagistrado se registran sus experiencias como procurador delegado en la administración de Alejandro Ordóñez, presidente de la Comisión Interinstitucional de la Rama Judicial y asesor de la Comisión de Acusación de la Cámara. Una columna de la periodista Cecilia Orozco, señala que Ruiz fue abogado del narcotraficante Juan Carlos Ramírez Abadía, alias Chupeta, y que fue un visitante recurrente de La Picota mientras estaba recluido Juan Carlos Martínez Sinisterra, condenado por vínculos con el paramilitarismo. Él respondió que lo hizo porque el exsenador le estaba pidiendo servicios como abogado: “No me pueden cuestionar por ser litigante”, dijo a W Radio.
Por último, está la ya mencionada favorita para liderar el Ministerio Público, quien dio el salto del Tribunal Superior de Barranquilla a la escena nacional en 2009, cuando fue procuradora delegada para la vigilancia disciplinaria en la administración de Ordóñez. Ese mismo año estuvo ternada por Álvaro Uribe a la Fiscalía, luego de que la Corte Suprema de Justicia descartara otros nombres propuestos por el expresidente. Cabello es abogada, especialista en Derecho de Familia y Derecho Procesal y ha escalado entre las ramas Judicial y Ejecutiva para lograr esta aspiración que, para una gran mayoría, también representa la oportunidad para que una mujer esté a la cabeza de la Procuraduría. En ese sentido, las mujeres y la atención en todos los flancos a la pandemia son sus principales apuestas.
En contexto: Margarita Cabello es la candidata de Iván Duque para la Procuraduría
En 2012, Cabello llegó a la Corte Suprema de Justicia y faltando un año para que terminara su período como togada renunció para reemplazar a Gloria María Borrero como ministra de Justicia. En ese despacho, entretanto, en 2018 el presidente Duque puso a consideración su nombre como fiscal ad hoc para investigar todo lo relacionado con Odebrecht, pero Cabello renunció ante dicho reconocimiento y con esto abonó terreno para hacer traspaso al Ejecutivo. , su efectividad para mover fichas y lograr mayorías con relación a Borrero mostró resultados con la aprobación del acto legislativo que elimina la prohibición de cadena perpetua para quienes cometan delitos contra los niños, logro en medio de la virtualidad con la que estaba operando el Congreso.
Eso sí, Cabello llega con un gran cuestionamiento por su responsabilidad política con relación al motín de la cárcel La Modelo y la crisis penitenciaria que vive el país. En el intento de motín de marzo pasado murieron 24 internos y otros 83 resultaron heridos. Un lamentable saldo por el que, lo más probable, el Estado será demandado por los familiares de las víctimas, mismo Estado al que Cabello tendrá que vigilar para que se cumplan las buenas prácticas de servicio público.
Si se cumple el vaticinio, Cabello asumirá a partir de enero de 2021. Además de garantizar independencia frente al Gobierno, uno de sus desafíos inmediatos será el proceder ante el fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que declaró culpable al Estado por violar los derechos políticos de Gustavo Petro, cuando fue destituido e inhabilitado como alcalde de Bogotá por la procuraduría de Ordóñez, y sentó un precedente con relación a las limitaciones jurisdiccionales del Ministerio Público.