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El 29 de septiembre, día en que Fuerza Ciudadana, el movimiento que fundó el gobernador del Magdalena, Carlos Caicedo, lanzó su lista al Senado de 2022, en la foto del evento pasaron inadvertidos Hollman Morris, Edith Dayanara (activista trans), Rafael Martínez y buena parte de los que estaban en la tarima del evento. La atención se la llevó una persona que tenía una máscara de naranja -la fruta- con barba y boina roja, similar al Che Guevara. Se trataba de Francisco Rojas, que no estaba allí como sí mismo, sino que representaba a Movimiento Naranja, una cuenta de humor político, memes y debates en redes sociales.
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Algunos sectores cuestionaron la seriedad de la aspiración y hasta pusieron en duda las intenciones de la lista que busca ir de la mano del Pacto Histórico, liderado por Gustavo Petro. Y es que esta es una cuenta que se ha caracterizado por el humor político. Hasta el momento no se les conocía otro ejercicio o una expresión por fuera de la esfera digital. “Queremos marcar un hito y queremos ser la primera página con una elección popular. Somos algo nuevo, que es una forma novedosa de hacer política en redes sociales”, dijo Rojas, que le comentó a este diario que a pesar de que será el representante del movimiento, detrás hay una preparación desde 2018, que incluyó escuelas de formación de más de 75 miembros y todas las decisiones serán tomadas por un equipo de profesionales, abogados, sociólogos y politólogos con presencia en 25 ciudades.
Aunque la situación del Movimiento Naranja no tiene parangón frente a las postulaciones de 2022, pues es un movimiento digital y no una persona, esta es una muestra del impulso que han tomado las redes sociales como fábrica de candidatos. Además de esta página, todo apunta a que en el tarjetón figurarán varios aspirantes cuyo mayor reconocimiento en la ciudadanía pasa por el amplio alcance que han tenido en dichas redes, sobre todo Twitter, que se ha convertido en tribuna política por excelencia. En esta lista figurarían personas como Catherine Juvinao, Mafe Carrascal, José Luis Marín Mora -más conocido como Aquinoticias-, Fernando Posada, Susana Boreal, Fabián Carpio (@fisicoimpuro), entre otros. Además, por los sectores de derecha resalta Laura Medina, Ani Abello, y se estuvo hablando de candidaturas como la del actor Jorge Cárdenas.
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Aunque algunos llevan años haciendo activismo con ciertos sectores del país, es innegable que su eco en redes se convierte en el común denominador de sus candidaturas. De hecho, algunos han sido blancos de críticas por su incursión en la arena electoral. Los reclamos van desde una supuesta falta de trayectoria política hasta la falsa idea de que muchos seguidores en redes podrán convertirse instantáneamente en una gran cantidad de votos. Sin embargo, al ser cuestionados al respecto, buena parte de ellos las rechaza y se trata de desmarcar. Por ejemplo, José Luis Marín, que personifica a Aquinoticias -un reportero que sale con su cucharón como micrófono a hacer crítica social y a cubrir movilizaciones-, le comentó a El Espectador que lleva 15 años de trabajo social por fuera de sus cuentas, que en total suman más de 500.000 seguidores. “No creen que uno existe más allá de las redes sociales, pero es que desde antes de ser Aquinoticias ya tenía un movimiento comunitario”, expresó.
Asimismo, son conscientes de que un alto número de seguidores no se traduce obligatoriamente en votos. “Es muy típico, dicen que porque uno tiene seguidores tiene votos. Es de todos los días. Sé que los que lo siguen pueden que no voten, pero sirven para difundir un mensaje y conformar equipo”, señaló Fernando Posada. A esta posición se plegó Aquinoticias, quien confirmó que han sido muchos los que lo han cuestionado por el asunto de transformar seguidores en votos: “No aspiro a llegar al Congreso porque tenga seguidores o interacciones. Si fuera así el Congreso sería para EPA Colombia y La Liendra. Ser conocido en redes no debe ser criterio para aspirar. Pero lo que yo estoy buscando es usar el reconocimiento para llegarle a más sectores”.
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Mafe Carrascal, que lleva 10 años haciendo activismo por la defensa de los derechos humanos y recientemente manifestó su intención de llegar al Legislativo, también se expresó en esa línea. Aunque aún no es oficial su candidatura, le contó a El Espectador que Twitter y las demás redes sociales se han convertido en una posibilidad para que la izquierda tenga una caja de resonancia en la sociedad y así otras figuras que no cuentan con maquinaria política logren hacerse un campo en la vida pública para llevar a cabo su proyecto de país. Sobre todo, afirmó, en un momento de inconformidad social.
“Las movilizaciones luego de la pandemia nos están demostrando que la gente quiere cambio, y ante esa realidad es el momento de los sectores sociales y alternativos. En ese contexto, las redes sociales son una herramienta clave para nosotros que, por ejemplo, no tenemos acceso que quisiéramos a los medios de comunicación masivos y tradicionales. Las redes sociales son el escenario para que quienes queremos transformar la política podamos hacerlo. Ahora, creo que las redes serán muy importantes en estas elecciones, pero el reto más importante es movilizar el voto del mundo digital”, señaló, agregando que si bien estos canales serán cruciales “no serán definitivos”.
A su vez, manifestó que no ha recibido críticas por su intención de aspirar al Congreso siendo tan activa en Twitter porque, dijo, su recorrido no lo ha hecho únicamente en ese escenario. “En mi ejercicio político como activista han tenido la intención de insultarme llamándome influenciadora o twittera. Sin embargo, yo llevo tanto tiempo en esto, he trabajado en el Congreso e instituciones públicas, he sido becaria de liderazgo en la Universidad de los Andes. Me he preparado, entonces no es que la gente solo me conozca por las redes sociales. Una posible aspiración mía no la he visto con ataques de ese tipo, como sí la he visto contra otras personas que han dicho vía Twitter que se van a lanzar”, añadió.
Contrario piensa Laura Medina, jefa de prensa del expresidente Uribe y quien recientemente recibió la bendición del Centro Democrático para aspirar a la Cámara de Representantes. Ella considera ofensivo que la llamen influencer, pues es politóloga, además de utilizar Twitter con frecuencia. “Trinar es algo necesario para alguien que está en la política, pero sin pensar que Twitter hará que uno salga electo en el Congreso. Las redes en su mayoría son vehículos de difusión, pero no me gusta que me llamen tuitera. Siempre he estado a favor de la política de opinión, no de estructura ni que siga un líder, entonces, las redes sirven para tener contacto con la ciudadanía y mostrar mi trabajo”, expuso. Además, Medina resaltó que no está de acuerdo con “pensar que se puede ser congresista con solo trinar”, sino que es necesario que se tenga un “contacto directo con la ciudadanía a la que quieres representar”.
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¿Qué dice el actual Congreso?
Buena parte de los aspirantes coinciden con la percepción de algunos congresistas jóvenes que actualmente ostentan una curul en la Cámara de Representantes. Varios parlamentarios dejaron en claro que, por ahora, sus colectividades no han planteado una estrategia para llevar influencers al Capitolio. Es el caso, por ejemplo, de Cambio Radical, según dijo el representante José Daniel López: “Como partido no hemos hablado del tema. Mi opinión es que es súper democrático que quienes hayan ganado un liderazgo digital, pues aspiren a convertirlo en un liderazgo político representado en el Congreso. Es razonable y saludable”, puntualizó.
No obstante, aclaró que el reto verdadero está en la capacidad de la ciudadanía para “elegir a la gente en función de sus resultados y no en función de cuántos likes o seguidores tenga un candidato”. “En la medida de que sean liderazgos propositivos y responsables, que se trate de gente que más allá de que sean twitteros tengan una formación política apropiada para entender que rol deben ir a cumplir al Congreso, pues maravilloso que lleguen. Eso sí, ojalá no lleguen en calidad de meros agitadores de la indignación, algo que uno muchas veces ve en las redes sociales”, insistió.
Desde el uribismo, un congresista que pidió no ser identificado, aseguró que su colectividad aún no ha discutido sobre la incursión en las elecciones legislativas de 2022 de personalidades con eco en las redes. En ese sentido, explicó que las candidaturas de personas como Laura Medina y la twittera Ani Abello son posibles no por su rol en Twitter, sino más bien por el visto bueno de Álvaro Uribe. “Nosotros también tenemos nuestros influencers, pero creo que las aspiraciones de ellas se han dado de una forma muy orgánica. No he escuchado todavía que se deba tener más en cuenta la movida en redes como un plus en la política electoral. En estos dos casos, Uribe les ha dado el empujón para lanzarse, pero él no justifica por qué las promueve, entonces no se sabe, por ahora, si es un tema consciente sobre el poder de las redes”, expresó.
Asimismo, consideró que los y las twitteras lograrán ganar una curul si tienen realmente un proceso real con diferentes sectores. “En el mundo de los influencers hay matices. No es lo mismo Catherine Juvinao que tiene un recorrido y que ha venido haciendo un trabajo constante con #TrabajenVagos, que Físico Impuro o muchos otros que son la propia ligereza en pasta, que pretenden aspirar basados en Twitter. Está también el caso de Laura Medina: ella ya se había lanzado al Concejo de Bogotá, pero se quemó. Es influencer, el partido le mueve todo, Uribe la empuja, pero se achicharró. Entonces creo que la gente que vive solo de redes sociales se va a tostar, pero la gente que trabaja en las calles podría tener muy buenas oportunidades”, dijo.
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A diferencia de estos parlamentarios, un congresista del partido verde aseguró que en sus toldas sí existe una estrategia para catapultar no solo a twitteros, sino también a otras figuras. “Es horrible, están buscando a youtubers”, indicó. Al respecto, la representante Katherine Miranda se limitó a decir que “el fin no justifica los medios”. “Me preocupa esta tendencia en el espectro de los alternativos, porque no solo tenemos que cambiar el Congreso, sino traerle altura y calidad al debate. Si los aspirantes no tienen la formación, el legislativo no hará las transformaciones que el país necesita”, destacó.
Esto dice la academia
Los expertos también tienen algo que decir, y su análisis parte de la transformación que en el último tiempo han tenido las redes sociales en la interacción con los públicos. Varios coincidieron en que estos espacios digitales pasaron de solo ser una conexión a ser un amplio espacio de discusión política. “Ahora nos encontramos en una revolución tecnológica que comenzó fuerte en 2008, cuando las redes comenzaron a crecer. Lo virtual empezó a ser una nueva arena de lo político. Se vuelve central si uno quiere estar presente”, expresó Juan Federico Pino, profesor de ciencia política de la Universidad Javeriana. A esto, complementó Juan Pablo Milanese, docente del Icesi: “Hoy las redes sociales son una arena política. Normalmente la plaza pública, los medios eran la arena política, pero ahora son las redes. No se puede descuidar ese espacio”.
Por otra parte, en Colombia se les ha querido quitar valor a las redes debido a una interpretación de la Ola Verde como un “fracaso”, cuando realmente lo que fue es una clara muestra del impacto que podría tener el mundo digital. “La Ola Verde fue entendida mal. En ese sentido no se debía ver el fracaso de las redes sociales, sino que se estaba viendo el nacimiento de una fuerza”, explicó Pino. La experta en comunicación política del Externado Milena Cabrales también recalcó que en la política tradicional se ha infravalorado el impacto de las redes sociales, a las que han tenido que recurrir ahora último en la pandemia, pero a la que han llegado sin mucha creatividad. Ahí estaría un aspecto en el que los también conocidos como influencers tendrían ventaja.
“El influenciador tiene algo muy positivo, y es que son tremendamente analíticos. Puede que sean muy interesantes los procesos creativos. Lo miden todo en las cifras. Conocen muy bien su audiencia, contrario a las campañas”, agregó la profesora Cabrales. Sin embargo, los consultados llegaron a un mismo punto, y es que “el que se reciba un volumen alto de reacciones positivas en un trino o en una publicación no asegura que ello se traduzca en votos”. Tampoco tener seguidores es un sinónimo de tener éxito en las urnas. Para Margarita María Orozco, aspirante a doctorado en comunicación de masas de la Universidad de Wisconsin, este tema puede ser engañoso, “porque no todos los seguidores son afines o les interesa votar”, y ser famoso en estas redes puede ser ilusorio porque se crean burbujas en las que “solo se recibe feedback de los que lo apoyan”.
Por eso, Orozco reiteró que más allá de ver la cantidad de usuarios y likes, la viabilidad de las campañas originadas en redes deberían ser medidas a través de la centralidad: “Dónde está en la red y quién está conectando”. Para esta, una mayor predicción del voto podría ser “el contacto con políticos, gremios y públicos, ese tipo de medida de características, donde haya nodos muy importantes, es mucho más potente”. Los académicos que dieron su opinión llegaron a un punto en común de que posiblemente los perfiles de redes sociales que puedan llegar a tener un éxito son los que han tenido un trabajo social por fuera de las plataformas. “Si no está acompañado de un buen programa y experiencia, es muy difícil. Si es solo pirotecnia social, no puede tener éxito. Pero excepciones hay”, dijo Renata Cabrales.
Aunque en este mismo sentido señalaron que hay muchos que son conscientes de que no tienen mucha esperanza en las urnas, saben que su popularidad en redes estaría siendo para impulsar listas y otras candidaturas. “Puede ser que la estrategia en este momento sea usar los influencers para ganar más adeptos. Son muy solicitados por los políticos, porque tienen un publico de base. Los sigue, los retrinar y les da likes, y ayuda para que la información llegue más rápido”, expresó la académica Margarita Orozco. En este punto, el profesor Juan Pablo Milanes agregó que posiblemente los influencers estén tomando el papel que antes jugaron deportistas, actores y otros famosos que eran invitados a las listas por ese impulso social que tenían.
A estos puntos también habría que agregarle factores como el pensamiento antipolítico y el cambio generacional, que también podrían ser elementos interesantes ante estas candidaturas nacidas en redes sociales. “El fenómeno de la antipolítica no es nuevo, viene desde los años 90, pero permite que estas figuras se puedan posicionar de esta forma”, explicó Juan Federico Pino, que también se manifestó sobre la llegada a las urnas de las generaciones que se formaron en redes sociales: “Los jóvenes ahora tienen su primer contacto político en Twitter, Facebook e Instagram. De tal forma que las nuevas generaciones se están socializando en estos espacios. Cada vez en las redes se va a encontrar mayor público votante”.
Carlos Andrés Arias, gerente de la firma Estrategia y Poder, dedicada a la comunicación política, concluyó que los likes no generarán más votos, sino que será, en específico, el contenido generado por estas figuras el que movilice las emociones para que la gente salga a votar por ellos. “La incursión de figuras del entretenimiento o la cultura pop a la política no es algo nuevo. Se ha observado en el mundo los últimos 15 años. Hoy se habla de las candidaturas de influencers porque la sociedad está concentrada en las redes: se mueve, dialoga e intercambia en esos escenarios. Sin embargo, está confirmado que los likes no se traducen en votos. En cambio las emociones se expresan en redes en interacciones que se traducen en cambio de comportamiento electoral”, concluyó.