“Ningún alternativo podría votar por ella”: Ariel Ávila sobre María F. Rangel

Según Ariel Ávila, María Fernanda Rangel es una ficha de Felipe Córdoba, actual contralor, para mantener el control de la entidad.

Foto: Archivo particular

En medio de las dificultades y hasta posibles irregularidades en el proceso de elección de la persona que dirigirá la Contraloría, el senador Ariel Ávila, del Partido Verde, presentó una investigación en la que hizo varios cuestionamientos contra una de las personas que más opciones tiene de quedarse con el cargo. Se trata de María Fernanda Rangel, quien en la actualidad se desempeña en el ente de control como directora de Información, Análisis y Reacción Inmediata (IARI).

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De acuerdo con el senador, Rangel tiene conflictos de intereses y su elección se constituiría como un caso de administración en cuerpo ajeno. Para Ávila, la candidata es “la última ficha de Felipe Córdoba (actual contralor) para mantener el control de la Contraloría General”, por lo que además planteó dudas sobre el proceso de selección y clasificación.

La investigación señala que Rangel habría estado involucrada en graves casos de corrupción en Bogotá y que además gozó de “impunidad en las investigaciones de los recursos de Ocad-Paz”. Según el senador, en el proceso de elección hay “profunda desconfianza su presunto conflicto de interés en el escándalo del relleno de Doña Juana que ha sido catalogado por la administración distrital como el caso de abuso y corrupción más grande de la ciudad”.

En este punto, los cuestionamientos vienen sobre todo por el papel de Carlos Rangel, hermano de la candidata. “Está investigado por los manejos en la concesión del relleno de Doña Juana. Genera desconfianza que hayan transcurrido dos años desde 2020 a 2022 sin que hayan existido actuaciones luego de las alertas hechas por la misma Contraloría”, manifestó Ávila, quien además ve con malos ojos que previo a la elección del nuevo contralor, se haya decidido que la competencia para investigar este asunto recae en la Contraloría.

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Ávila, conocido antes de llegar al Congreso por su faceta como investigador y analista político, señaló también que el actual cargo que desempeña Rangel ha sido “ineficiente” y no ha sido garantía de vigilancia al buen manejo del erario. “Si hoy fuera la elección, Rangel sería la nueva contralora. Me opongo a que una persona tan ineficiente y con tantos cuestionamientos sea la encargada de vigilar los recursos públicos de este país”, aseguró el congresista verde.

Razón no le falta a Ávila sobre el apoyo a Rangel, pues justo este miércoles las bancadas de los partidos tradicionales (Liberal, Conservador, la U y Cambio Radical) anunciaron su apoyo a la candidata. De acuerdo con una carta que suscribieron los miembros de los cuatro partidos, la candidata “posee todas las cualidades éticas y morales, y cuenta con una amplia hoja de vida”, que la haría idónea para ocupar el cargo. Incluso, 15 de los 16 representantes de las curules de paz anunciaron su voto por Rangel.

Otro de los cuestionamientos de Ávila a la candidatura Rangel tienen que ver con una posible omisión en la investigación de “recursos aprobados y presuntamente robados del OCAD-Paz”, que fue el último gran escándalo del Gobierno Duque, relacionado con el supuesto pago de unos $500.000 millones en sobornos a congresistas, funcionarios del Departamento Nacional de Planeación (DNP) y la Contraloría, con el fin de aprobar proyectos en los PDET (Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial), es decir en los territorios priorizados por el Acuerdo de Paz.

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Por eso Ávila indica que esos recursos no investigados podrían entrar en los dineros que no se ejecutaron para el fin que fueron aprobados. “Como directora de la DIARI desarrolló sistemas de información con altísima tecnología para el monitoreo de los recursos públicos y aun así estamos enfrentados a varios de los casos de corrupción más grandes del país”, añadió el senador.

Por último, afirmó Ávila, si Rangel es elegida por el Congreso como próxima contralora, seguirá “usando la Contraloría como fortín burocrático al servicio de la politiquería”, apoyada supuestamente por el contralor saliente Felipe Córdoba, quien según la investigación habría destinado un porcentaje del Sistema General de Regalías a la Contraloría General para aumentar la planta de la entidad. Todo esto, concluyó el senador, tiene como objetivo final que Córdoba “milagrosamente aparezca en la nueva terna para fiscal. Y no hay que olvidar que hizo la carrera de derecho de una forma increíblemente rápida”.

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