A los epidemiólogos y a los estudiosos de la historia de la medicina no les sorprende que hoy el mundo esté inquieto por el avance de una gripe. En comparación con años anteriores, la circulación del virus ha aumentado de forma inusualmente temprana en la Unión Europea, impulsada principalmente por la influenza A(H3N2). Un subclado —en términos simples, una rama genética del virus que surge de pequeñas mutaciones— nombrado K, se ha convertido en el protagonista y ya ha sido detectado en todos los continentes.
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(Lea: Las recomendaciones del Instituto Nacional de Salud frente a la influenza A H3N2
“Los virus mutan para poder subsistir, y eso es lo que suele ocurrir con la gripe. No es algo nuevo. Los nombres o las letras que se les asignan a las variantes son términos técnicos, pero en el fondo no se trata de un fenómeno distinto al que vemos todos los años”, explica Carlos Arturo Álvarez Moreno, médico infectólogo y magíster en Epidemiología Clínica.
El virus de la influenza es tan volátil y cambiante que, aunque se conoce desde hace más de un siglo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) se ve obligada, cada año, a analizar qué cepas están circulando con mayor fuerza y a recomendar cuáles deben incluirse en las vacunas antigripales de cada hemisferio. En la práctica, esto significa que nuestra vacuna contra la gripe no es siempre la misma; se ajusta cada año para incluir las “nuevas” cepas.
Por eso, la aparición de un nuevo subclado no es una novedad. Pero eso no lo vuelve insignificante ni trivial. El subclado K del H3N2 “presenta mutaciones en la proteína de hemaglutinina, lo cual podría aumentar su capacidad de transmisión y reducir la eficacia de las vacunas actuales contra la influenza”, dice Manuel Tiberio Ayala, médico, especialista en Epidemiología y magíster en salud pública de la Pontificia Universidad Javeriana. “Sin embargo, no se ha observado un aumento significativo en la gravedad clínica o en la tasa de hospitalización, de acuerdo con las agencias europeas”, agrega.
Es decir, por ahora el riesgo está más en el volumen de contagios que en la severidad de la enfermedad, pero ese “volumen” de casos también es un elemento importante.
Hay que preocuparnos, pero no tanto
Colombia no ha reportado hasta ahora ningún caso del subclado K del H3N2, pero los científicos esperan que suceda. “Es previsible que llegué a Colombia”, dice Moreno. “Va a llegar, ya hay casos en México y Perú”, señala Luis Jorge Hernández Flórez, director de Investigaciones de la Facultad de Medicina de la U. de los Andes. “Como toda infección, la llegada de este virus al país es considerada una cuestión de tiempo, y se recomienda que los grupos de mayor riesgo se vacunen lo antes posible”, agrega el profesor Tiberio.
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Incluso el Instituto Nacional de Salud (INS) señala que la expansión en Europa y Norteamérica de este virus “incrementa el riesgo de introducción en la región”. Lo mismo opina el Ministerio de Salud. “El incremento del flujo de viajeros entre Europa y América durante la temporada de fin de año puede aumentar el riesgo de introducción de nuevas variantes o subclados del virus Influenza A(H3N2), como el subclado K”, nos contestó. En Colombia, el H3N2 no es desconocido: ha circulado en distintos momentos y su presencia ha variado según el año y la temporada. En algunos periodos ha sido el subtipo dominante y en otros ha pasado a un segundo plano frente a otros virus de la gripe. Por ejemplo, en 2019 el A(H3N2) tuvo una circulación alta y fue el subtipo predominante, superando al A(H1N1). En contraste, en 2023 su presencia fue muy baja y el protagonismo pasó al H1N1.
En 2024 el H3N2 volvió a ganar terreno y en 2025, hasta la semana epidemiológica 48, el INS detalló que ambos subtipos han circulado en proporciones muy similares, compartiendo el escenario epidemiológico. Este vaivén es característico de la influenza: el virus no desaparece, sino que alterna qué variante predomina, según la inmunidad acumulada de la población, la movilidad y las mutaciones.
El escenario actual, sin embargo, puede cambiar. Las temporadas de virus respiratorios no ocurren al mismo tiempo en todos los lugares del mundo. El hemisferio norte atraviesa su periodo de mayor circulación durante el invierno (entre noviembre y diciembre). Según el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés), en una temporada típica, la gripe causa hasta 50 millones de casos sintomáticos en Europa y entre 15.000 y 70.000 muertes al año. De hecho, se estima que hasta el 20 % de la población contrae la gripe anualmente.
El hemisferio sur, por otro lado, suele enfrentar sus picos meses después, entre marzo y junio, generalmente durante mayo y hasta septiembre. Por eso, lo que hoy ocurre en Europa y Norteamérica funciona como una señal de alerta temprana para regiones como Sudamérica. Según el ECDC, el subclado K del virus A(H3N2) representa ya cerca de un tercio de todas las secuencias de este subtipo reportadas a nivel mundial entre mayo y noviembre de 2025, y casi la mitad de las registradas en la Unión Europea. En una evaluación de riesgo publicada recientemente, la entidad europea advierte que, dado que el H3N2 no ha sido el virus predominante en las últimas temporadas, una parte importante de la población no ha estado expuesta recientemente y podría tener menor inmunidad natural frente a él. Esa brecha de defensas facilita que el virus se propague con mayor rapidez cuando vuelve a circular y ayuda a explicar, al menos en parte, el aumento de casos.
Atendiendo esa situación en el norte, la Organización Panamericana de la Salud publicó una alerta epidemiológica a comienzos de diciembre en la que “recomienda a los Estados miembros ajustar los planes de preparación y organización de los servicios de salud para una eventual sobrecarga en el sistema sanitario”. La organización sanitaria advierte que las temporadas dominadas por el subtipo A(H3N2) suelen asociarse a mayor gravedad, particularmente en las personas mayores de 65 años, a quienes, en esa línea, se les debe priorizar la vacunación.
También se recomienda para niños menores de dos años, mujeres embarazadas o en posparto, y personas con enfermedades crónicas como afecciones pulmonares, cardiovasculares, renales, hepáticas, diabetes o trastornos neurológicos. A estos grupos se suman quienes tienen defensas bajas —por VIH u otros tratamientos— y las personas con obesidad mórbida. Todos ellos tienen un riesgo mayor.
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El nuevo subclado también puede causar mayor presión sobre hospitales. “Es posible, si no se toman medidas preventivas adecuadas”, reconoce Tiberio; sin embargo, recuerda inmediatamente, “ya hicimos frente a una pandemia respiratoria y los servicios de salud aprendieron de esta experiencia. La infección actual de las cepas H3N2 no son, por ahora, comparables con lo que ya vivimos con el covid-19”.
¿Necesitamos vacunas?
Por ahora, no hay datos suficientes en el mundo real para medir con precisión la efectividad de la vacuna actual frente al subclado K. No obstante, el ECDC advierte que este virus presenta cambios frente a la cepa usada para fabricar la vacuna del hemisferio norte y que pruebas de laboratorio (que evalúan cómo responden los anticuerpos al virus) sugieren que la respuesta inducida por la vacuna podría no encajar del todo con este subclado.
Sin embargo, esto no significa que la vacuna no sirva, sino que podría proteger menos contra la infección por este virus específico. El mismo informe señala que “se espera que la vacuna proporcione protección contra enfermedades graves, por lo que sigue siendo una herramienta vital de salud pública”. De hecho, en Inglaterra, donde el subclado K ha sido el principal responsable de los casos al inicio de la temporada 2025-2026, los primeros análisis muestran que la vacuna está funcionando de manera similar a como lo ha hecho en años anteriores. Por todo esto, el ECDC considera que el riesgo que corren los individuos de la población general en la temporada actual europea se estima como moderado.
La OPS comparte esa opinión. Datos preliminares que tiene la organización sobre la efectividad de la vacuna en la prevención de hospitalizaciones indican una protección similar a las temporadas previas (70 a 75% en niños, y alrededor del 30 a 40% en adultos). “La vacuna contra la influenza disponible en Colombia debería ofrecer protección contra este subclado, aunque como se explicó, la eficacia puede ser menor debido a las mutaciones”, agrega Tiberio.
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La dificultad, sin embargo, es más de tiempo. Colombia utiliza la formulación de la vacuna del hemisferio sur, que se define y se distribuye a través de la OPS, por lo que las dosis suelen llegar y aplicarse entre abril y mayo. El asunto es que el pico de virus respiratorios suele comenzar antes, en entre marzo y junio, con un aumento de casos que, en ocasiones, comienza desde febrero y que pude durar, incluso, hasta septiembre. Esto hace que una parte de la población enfrente el inicio de la temporada de gripe sin estar aún vacunada. “El Ministerio de Salud está en mora de revisar junto con OPS la composición de la vacuna contra influenza, ya que se está aplicando contra las cepas del hemisferio sur y pueden estar circulando variantes del hemisferio norte”, dice Hernández.
Personas como Julián Fernández Niño, doctor en Epidemiología y subsecretario de salud de Bogotá, piensan que hay dos caminos posibles. El primero sería usar la formulación del hemisferio norte, que está disponible desde enero y permitiría iniciar la vacunación antes del pico respiratorio. El segundo camino sería mantener la vacuna del hemisferio sur, pero lograr que llegue antes, idealmente en marzo.
El Ministerio de Salud le confirmó a este periódico que realizó la compra de 5.1 millones de dosis de vacunas de influenza estacional para las poblaciones priorizadas en 2026 al Fondo Rotatorio de la OPS. De acuerdo con lo informado por la OPS, estas vacunan estarán llegando al país en los primeros meses de 2026.
En el fondo, todos los expertos que consultamos coinciden en un llamado. “Tranquilidad expectante”, señala Hernández. “No alarmismo, pero reforzar lavado de manos, uso de tapaboca si tiene síntomas, o está en aglomeraciones como las que se vienen Navidad y año nuevo y espacios ventilados”, agrega. “Yo creo que es un punto intermedio, ni exagerar, ni minimizar. Hay que estar atentos a lo que está pasando y las personas que deben vacunarse, vacunarse”, señala, a su vez, Moreno. “Pero tampoco entrar en pánico ni pensar que estamos frente a una pandemia: son cosas completamente diferentes”.
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