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Las preocupaciones por la gestión de los residuos hospitalarios en San Andrés

Tras varias denuncias por la llegada de jeringas, batas y guantes al relleno sanitario Magic Garden, algo prohibido por ley, la Gobernación pidió que todos los residuos de este tipo se lleven al Hospital Departamental. La única empresa privada dedicada a gestionarlos fue sancionada por malos manejos y ahora hay preocupación por la capacidad del hospital para recibir los residuos hospitalarios de toda la isla.

Andrés Mauricio Díaz Páez

01 de septiembre de 2025 - 01:00 p. m.
Relleno sanitario Magic Garden.
Foto: Andrés Mauricio Díaz Páez
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A finales de julio, varios habitantes de Schooner Bight, en San Andrés, denunciaron la presencia de residuos hospitalarios en el relleno sanitario de la isla. En un vídeo compartido a través de redes sociales, se aprecian canecas de color rojo —destinadas a los residuos de riesgo biológico— con jeringas en el lugar que une al relleno sanitario con la planta de incineración de basuras. En Colombia, la ley prohíbe enviar este tipo de residuos sin un tratamiento adecuado a los rellenos sanitarios convencionales.

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Por esos días, en medio de una visita de la Superintendencia Nacional de Salud al Hospital Departamental de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, los funcionarios de esa entidad recibieron las denuncias, que en principio apuntaban al hospital como responsable de la gestión de esos residuos. Tras enterarse de la situación, solicitaron una revisión por parte de la Secretaría de Salud para confirmar la presencia de los residuos en el relleno sanitario y su origen.

Sobre lo que pasó hay un cruce de versiones entre Interaseo, la empresa encargada del relleno sanitario Magic Garden, y la Gobernación de San Andrés. De acuerdo con Néstor Velásquez, coordinador de medios de Interaseo, “sabemos que hubo un intento de ingreso de este tipo de residuos al cual nuestros funcionarios no permitieron el paso y redireccionaron hacia otro punto de la isla”. Según su versión, en el relleno sanitario no hubo residuos hospitalarios, algo que habría constatado la Gobernación y Coralina, autoridad ambiental del departamento.

Sin embargo, Mikel Watson, secretario de Salud del departamento, cuenta las cosas de otra manera. En las rutas de recolección de residuos ordinarios, que son transportados al relleno sanitario por parte de la empresa Trash Busters, “posiblemente alguna persona maliciosa tiró los residuos hospitalarios en alguna de las canecas y terminaron en Magic Garden”. Esta situación, asegura, fue comunicada a la Gobernación por parte de Trash Busters y de Interaseo.

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“Se reportaron batas, guantes y agujas. Nosotros hicimos, con el equipo de la Secretaría de Salud y en colaboración con Interaseo, la recolección y traslado de esos residuos al hospital departamental”, añade Watson. Desde El Espectador contactamos a Dayana Mitchell, subdirectora de Calidad y Ordenamiento Ambiental de Coralina, para contrastar las versiones de la Gobernación e Interaseo. Al cierre de esta edición, no obtuvimos respuesta.

Ahora, hay dos preocupaciones alrededor de los residuos hospitalarios en San Andrés. La primera es que no se ha podido comprobar el origen de los residuos que llegaron a Magic Garden. Desde la Gobernación, Watson afirma que “no son del hospital departamental. Posiblemente, alguno de los pequeños productores de residuos hospitalarios los desechó en las rutas de residuos ordinarios”. La segunda preocupación es que, de acuerdo con el funcionario, esto ocurrió porque la única empresa autorizada para gestionar residuos hospitalarios, aparte de la ESE departamental, fue sancionada y ya no puede cumplir con esa actividad.

La Gobernación confirmó que, tras una visita, encontraron y retiraron residuos sanitarios que habían llegado a Magic Garden, a pesar de la prohibición.
Foto: Cortesía

La empresa sancionada

San Andrés, como contamos en un artículo publicado en abril, tiene varios problemas para gestionar sus basuras desde hace más de 15 años. Al ser una isla, llevar los residuos a otra parte del país implica altos costos de transporte, pero el relleno sanitario superó hace varios años la capacidad de almacenamiento con la que fue diseñada. Allí, además, no se pueden llevar residuos hospitalarios sin un tratamiento adecuado.

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Ese proceso, explica Watson, consiste en “inactivar y triturar los residuos”. Para esto, se aplican productos químicos o vapor a altas temperaturas para lograr eliminar los compuestos infecciosos que puedan contener. Llevarlos a un relleno sanitario sin ese tratamiento puede representar un riesgo para los ecosistemas y las personas que viven cerca del lugar.

En la isla hay dos organizaciones con la capacidad para cumplir con esa tarea. Una es el Hospital Departamental, que cuenta con una máquina para el proceso de inactivación de los residuos que se generan en la institución, para luego llevarlos a Magic Garden. La segunda es la empresa Diseños y Soluciones Ambientales S.A.S., que presta este mismo servicio pero a otros productores de residuos hospitalarios en la isla.

Según informó la Gobernación por medio de un comunicado a finales de julio, esa empresa “está suspendida por no cumplir con procesos de tratamiento y disposición final desde hace más de seis meses, lo que representa un riesgo sanitario y ambiental”. La sanción fue definitiva, asegura Watson, pues “Coralina le retiró la licencia ambiental”. Ahora, solo el Hospital Departamental está autorizado para gestionar los residuos hospitalarios que se generan en San Andrés.

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Los residuos acumulados

Las primeras denuncias que se conocieron aseguraban que los residuos que llegaron a Magic Garden eran del Hospital Departamental. Aunque la Gobernación desmintió esto tras la visita al relleno sanitario, las dudas surgieron porque la máquina que utilizan para gestionar sus residuos no estaba funcionando. El Secretario de Salud del archipiélago dice que “estuvo dañada durante 12 días”.

Sumado a esto, recientemente entró en funcionamiento la unidad renal de la institución, algo que está generando una mayor cantidad de residuos hospitalarios por la mayor utilización de agujas, dializadores, guantes, entre otros implementos. “Hay una acumulación”, reconoce Watson, debido al incremento de residuos y al daño de la máquina durante algunos días. Ahora, el Hospital también tendrá que recibir los residuos que llegan de otras instituciones de la isla, incrementando la cantidad que deben gestionar.

Aunque intentamos contactar al Hospital para saber si la máquina con la que cuentan actualmente tiene la capacidad de recibir los residuos hospitalarios de toda la isla, y a Coralina, para conocer si en la licencia ambiental de la institución está autorizada la ampliación de su capacidad, hasta el momento no hemos tenido respuesta.

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Desde la Secretaría de Salud, Watson dice que “hoy, el Hospital tiene la idoneidad para hacer esa gestión”, pero desde su administración están preparándose para un incremento en la cantidad de residuos. “Estamos haciendo la adquisición de una nueva máquina para que el proceso de gestión se pueda hacer más rápido”, apunta el funcionario. Esa máquina podría costar entre $800 y $1.200 millones, según las cotizaciones que ya recibió la entidad.

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Por Andrés Mauricio Díaz Páez

Periodista y politólogo enfocado en temas ambientales, transición energética y educación.diazporlanocheamdiaz@elespectador.com
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