7 destinos de naturaleza y paz imperdibles en Colombia en 2022

Norcasia, en Caldas, es un destino ideal para los amantes del ecoturismo.

Foto: Cortesía Oliver Pescador @norcasia.travels

La reactivación del turismo en Colombia continúa firme en su senda de recuperación. Según María Ximena Lombana, ministra de Comercio, Industria y Turismo, el PIB de alojamiento y servicios de comidas terminó el año 2021 en una cifra alrededor de los $32,9 billones, que representaría del 93 % al 98 % del valor obtenido en 2019, el mejor año para el turismo en el país.

Asimismo, de acuerdo con las proyecciones de la Dirección de Análisis Sectorial y Promoción del Viceministerio de Turismo, para 2022 se espera una completa recuperación en este indicador y un PIB de alrededor de $37,5 billones, lo que representaría un incremento del 8 % al 14 % al compararlo con los mismos valores del año 2019.

Y como el turismo nacional, de naturaleza y sostenible seguirá siendo tendencia, Apata Colombia, ganador en la categoría Generación de impacto: jóvenes emprendedores en el turismo de los Premios Nacionales de Turismo de ProColombia 2021, recomienda siete destinos imperdibles para conocer este año en el país.

Apata, reconocida por promover la construcción de una generación que aporte al turismo del país, es una empresa de turismo de naturaleza fundada por tres amigos que adoraban salir a caminar. “Durante mucho tiempo, cada vez que volvíamos de las aventuras y contábamos historias de lugares inolvidables, momentos irrepetibles, esfuerzo y camaradería, la gente respondía diciendo que le gustaría hacer algo así. Y ese fue el origen de Apata, que nació para ofrecer a quienes disfrutan o les gustaría comenzar a disfrutar de las aventuras al aire libre la oportunidad de apreciar y explorar a pata algunos de los ecosistemas mejor conservados de Colombia”, dicen los emprendedores.

“Con el tiempo, Apata Colombia se ha ido encaminando hacia una estructura donde apoyar el proceso de paz y la reincorporación se ha vuelto una prioridad. Por esto, en nuestra cadena de servicio trabajamos con proveedores y guías, y en territorios firmantes del Acuerdo de Paz”, añaden.

Asimismo, según los empresarios del turismo, Apata busca promover el respeto y la admiración por la naturaleza a través de sus excursiones a lugares bellos y bien conservados.

“Tenemos prácticas de turismo responsable y buscamos tener un impacto positivo de largo plazo en las regiones, el medio ambiente y los viajeros. Con nuestras caminatas, creamos espacios de socialización entre la sociedad civil y los firmantes del Acuerdo con el fin de restaurar lazos de confianza y cooperación. Queremos que ellos sean ejemplos en nuestro país de resiliencia, profesionalismo y esperanza”, dicen.

“Esperamos que Colombia encuentre su identidad en el turismo de naturaleza, la sostenibilidad y la paz”, enfatizan. Este logro no es difícil de conseguir, y, gracias al trabajo de empresas como Apata y todos los emprendedores, asociaciones y organismos públicos y privados, el turismo en el país ha podido ilusionarse con su reactivación sostenible y sigue siendo uno de los motores de desarrollo social, económico y cultural de cientos de familias en diferentes rincones de Colombia.

“Nuestro país es conocido por ser uno de los países de mayor biodiversidad en el mundo. Su ubicación geográfica privilegiada le permite tener todo tipo de ecosistemas integrados en un mismo sitio, además de territorios poco explorados y con flora y fauna casi vírgenes. Esto hace que Colombia sea un destino ideal para el turismo de naturaleza y el ecoturismo. Además, el conocimiento ancestral del territorio que tienen los guías locales y la sabiduría que impregnan en cada visita a un lugar natural no solo lo convierte en un viaje con sentido sino un turismo con aprendizaje y experiencias memorables”, cuentan Juliana La Rotta y Juan Pablo Castilla, dos de los creadores de Apata.

“Por último, Colombia es un país resiliente que debe ser ejemplo de construcción de paz desde la solidaridad y la reincorporación exitosa de las personas firmantes del Acuerdo de Paz. Tenemos el privilegio de poder caminar con personas que se han recorrido el país, también a pata”, añaden.

Estos son los siete destinos de aventura, naturaleza y paz que recomiendan los caminantes.

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1. Isla Gorgona, Cauca

El Parque Nacional Natural Gorgona es un pequeño paraíso de diversidad que fue célebre porque en esa isla se estableció una prisión de máxima seguridad de 1960 hasta 1984, año en que se convirtió en un parque de 61.687 hectáreas de superficie marina y continental.

En Gorgona, también denominada Isla Ciencia por la cantidad de información que ha dado a los investigadores para entender los ecosistemas, se encuentran especies típicas de la selva húmeda tropical, formaciones coralinas, una enorme variedad de especies marinas y colonias donde anidan diversas aves.

Según ProColombia, los viajeros y amantes de la naturaleza encuentran en Gorgona una gran variedad de atractivos: hay senderos de interpretación ecológica, su flora y fauna son exuberantes, tiene hermosas playas, hay vestigios arqueológicos, ruinas históricas, y además se puede practicar el snorkeling y el buceo autónomo. Además, en la zona de influencia del Parque, particularmente en Guapi, Cauca, existe una interesante oferta cultural y la gastronomía es variada y exquisita.

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2. Monguí y el páramo de Ocetá, Boyacá

El páramo de Ocetá, considerado el más hermoso del mundo, es quizás el destino más cautivante que los caminantes de Apata han tenido el placer de recorrer. Además, el atrapante Monguí, uno de los pueblos más lindos de Colombia, patrimonio del país, es el complemento perfecto de historia para esta aventura natural única.

3. Viotá, Cundinamarca

Tras el proceso de paz, la población regresó al pueblo con la esperanza de reconstruir el tejido social. Esto se está logrando con el proyecto Sendero del Cerro El Cardenal. Este sendero fue construido tanto por víctimas de la violencia como por excombatientes de las Farc y no es solo un símbolo de reconciliación, sino una apuesta a una fuente de ingreso sostenible para el municipio.

“Trabajamos con la comunidad de Viotá para ayudarlos a volver este sueño turístico una realidad. De esta manera, les prestamos apoyo en el diseño de su propuesta y se convertirá en uno de los destinos Apata, con el fin de traer turistas de Colombia y el mundo a esta hermosa región de nuestro país. Más allá de la belleza del bosque que atraviesa el sendero y la hospitalidad de la gente, Viotá ofrece un pedazo de historia que debe ser contada y es un símbolo de esperanza frente a un futuro de paz y sostenibilidad, en armonía con el medio ambiente”, dicen los aventureros.

4. Ventanas de Tisquizoque, en Florián, Santander

Florián es un municipio con historia precolombina, cultura, mitos, leyendas y naturaleza, ubicado en el sur del departamento de Santander, a 275 kilómetros de Bucaramanga y 190 kilómetros de Bogotá, aproximadamente.

La cueva natural que se puede atravesar de lado a lado, de donde brotan tres imponentes caídas de agua, es protagonista de la leyenda del cacique Tisquizoque, quien prefirió lanzarse al vacío desde allí que someterse a la opresión de los colonizadores. Este lugar, santuario sagrado, es uno de los lugares de naturaleza más recomendado por los amantes de la aventura, las cascadas y las montañas.

Cruzar un puente colgante, maravillarse con las inmensas cascadas, sentir el poder del paisaje y conocer algunas de las leyendas de comunidades indígenas del país son solo algunas de las actividades inolvidables que se pueden vivir en las Ventanas de Tisquizoque.

5. Norcasia y río La Miel, Caldas

“Si bien se cree que el agua es incolora, inodora e insípida, en Norcasia, Caldas, es posible ver diferentes masas de agua con tonos y colores a veces muy verde como el del río La Miel o el embalse Amaní, o tan esmeralda como el río Manso”, cuenta Oliver Pescador, anfitrión local en el recinto hídrico de Caldas.

Según la Alcaldía Municipal, otros de los atractivos del municipio son Las Cuevas de Mármol de la vereda Manizalitos y las Caicas o Guácharos sobre la quebrada Santa María y las cavernas en mármol de La Profunda en la vereda Quiebra de Roque.

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También recomiendan el salto de la quebrada Sana sobre el río Manso, con una altura de sesenta metros, el remolino sobre el mismo río en la vereda El Jagual; el sector de la Peña, antiguo acueducto de Norcasia, donde se observa en primer plano la zona del embalse del Proyecto Miel I llamado Amaní, alimentado por los ríos Moro y La Miel, que, además, es el más alto en el mundo construido en concreto compactado con rodillo, con una altura de 188 metros.

Por su parte, las aguas cristalinas del río La Miel descienden de las montañas de Caldas para desembocar al río Magdalena. Durante su travesía se puede maravillar con sus caídas de agua, rápidos y pozos, ideales para nadar en medio del bosque.

Los monos aulladores, que habitan en las copas de los árboles de las orillas del río, también hacen parte del lindo espectáculo. También es uno de los mejores destinos para hacer pesca deportiva.

6. Farallones de Sutatausa, Cundinamarca

Los Farallones de Sutatausa esconden tesoros de todo tipo, desde plantas, aves, cuevas y formaciones rocosas hasta pictogramas y leyendas. Recorrer este camino es viajar en el tiempo y conectarse con un territorio tan ancestral como deslumbrante.

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7. Nevado de Santa Isabel, Tolima y Risaralda

El nevado de Santa Isabel es una de las tres montañas características del Parque Nacional Natural Los Nevados. Sus paisajes, tan diversos como cautivadores, la convierten en un verdadero paraíso natural listo para ser descubierto.

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