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El uso de gafas para correr, especialmente en exteriores, se ha popularizado por su capacidad para proteger los ojos del sol, el viento, el polvo e incluso los insectos. Sin embargo, más allá de esa protección básica, existen distintos tipos de lentes que cumplen funciones especializadas.
“Muchas personas creen que correr con gafas es simplemente una cuestión de bloquear el sol, pero es mucho más complejo que eso. Las gafas correctas pueden reducir la fatiga visual, mejorar el enfoque y hasta optimizar la percepción del entorno, lo que se traduce en mejor rendimiento y menor riesgo de accidentes”, explica Álvaro Estrada, fisioterapeuta deportivo y especialista en biomecánica del movimiento humano de Running Colombia.
Tipos de gafas para running
Existen varias categorías de gafas deportivas según su tipo de lente, su estructura y su adaptabilidad. Herrera explicó las más comunes y cómo afectan al corredor.
1. Gafas fotocromáticas: “Estas gafas tienen lentes que se adaptan automáticamente a las condiciones de luz. Si hay mucho sol, se oscurecen; si está nublado, se aclaran. Esto permite que el ojo trabaje menos, ya que no tiene que estar ajustándose constantemente a los cambios de iluminación”, señala Herrera. Son ideales para quienes corren en horarios donde la luz varía mucho, como al amanecer o al atardecer, o en rutas mixtas de sombra y sol.
2. Gafas polarizadas: Son especialmente útiles para quienes corren cerca del agua o en superficies que reflejan mucho la luz, como el asfalto mojado. “Estas gafas eliminan los reflejos horizontales que pueden causar deslumbramiento, lo que es clave para mantener una buena visibilidad y evitar forzar la vista”, explica el experto.
3. Gafas con lentes de alto contraste: Diseñadas para mejorar la percepción del entorno, estas gafas realzan los colores y las texturas. “Son recomendadas para corredores de montaña o trail running, porque ayudan a distinguir mejor las piedras, raíces o desniveles en el terreno”, indica Herrera. Este tipo de lente puede reducir notablemente los accidentes por tropiezos o caídas.
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4. Gafas ventiladas o con sistema antiempañante: Correr genera calor corporal, y las gafas pueden empañarse con facilidad. Para evitarlo, existen diseños con ventilación o tratamiento antivaho. “Unas gafas empañadas en una carrera pueden ser un verdadero peligro. En fracciones de segundo puedes perder el rumbo o no ver una irregularidad en el camino”, advierte el especialista.
5. Gafas graduadas deportivas: Para quienes tienen problemas de visión, existen modelos que permiten incorporar la fórmula óptica sin comprometer el diseño aerodinámico ni la sujeción. “La clave está en que no haya rebote ni movimiento de las gafas mientras corres. Deben sentirse como una extensión del rostro”, enfatiza Herrera.
La relación entre gafas y rendimiento
Aunque a simple vista no parezca evidente, usar gafas adecuadas puede tener un impacto significativo en el desempeño deportivo. Según el experto, la fatiga visual es uno de los factores invisibles que afectan el rendimiento de los corredores, especialmente en trayectos largos o en competencias.
“Cuando el ojo está expuesto a luz intensa, reflejos o cambios de luminosidad, se esfuerza más para mantener el enfoque. Esto genera tensión en los músculos oculares y puede llevar a una sensación de agotamiento general. Con unas buenas gafas, ese desgaste se minimiza, y el atleta puede concentrarse mejor en su técnica y respiración”, explica Herrera.
Además, la seguridad es otro punto clave. “Una simple mota de polvo o un insecto pueden causar molestias oculares, lagrimeo y hasta obligarte a detenerte. Las gafas forman una barrera física que protege de estos imprevistos. En deportes donde cada segundo cuenta, eso hace la diferencia”, añade.
¿Qué características debe tener una buena gafa de running?
Según Herrera, antes de comprar unas gafas para correr, se deben tener en cuenta tres aspectos fundamentales: ligereza, sujeción y calidad óptica.
“Unas gafas pesadas o mal ajustadas generan rebote, lo cual no solo es incómodo sino que puede alterar tu zancada o postura sin que te des cuenta. Además, la lente debe ser de policarbonato o material resistente a impactos. Y por supuesto, el filtro UV debe ser certificado”, señala.
En cuanto a la montura, lo ideal es que tenga patillas antideslizantes y puente nasal adaptable. “Cada rostro es distinto, y las gafas deben ajustarse sin presión excesiva pero sin soltarse al correr. Muchos modelos tienen gomas de silicona o ajustes especiales que garantizan ese equilibrio”.
También recomienda probarlas en movimiento antes de usarlas en una carrera: “Corre unos metros, salta, agáchate, gira la cabeza. Si en ningún momento se mueven, estás frente a unas buenas gafas”.
Las gafas para running han dejado de ser un accesorio opcional para convertirse en una herramienta funcional dentro del equipamiento del corredor. Ya sea en ciudad o montaña, con sol o con viento, contar con una buena protección visual puede mejorar no solo el rendimiento, sino también la experiencia general de correr.
