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Las acciones que ha ejecutado Gustavo Petro desde que asumió la presidencia, si bien corroboran el origen de su ideología y en coherencia la conciencia izquierdista de su trayectoria política, también demuestran diferencias con los varios mandatarios de izquierda que se han dado en Latinoamérica desde Fidel Castro con su revolución comunista por la vía armada en Cuba, apoyada por la Unión Soviética y de postura decididamente anti imperialismo Yanqui.
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Sin duda, en la cualificación ideológica de Petro, como líder político, han influido los diferentes mandatarios de izquierda en países de Latinoamérica y del mundo, unos por asertivos y probos y otros por erráticos y deplorables.
A Fidel lo admiró como estadista y deploró su apego al poder, de Allende su coherencia democrática, lastima su ingenuidad; de Noriega abomina su ignorancia y su torpe gobernanza; con Chávez coincide en lo bolivariano, pero con reparos en el manejo económico y el populismo despilfarrador, más coincidencias tiene con los modos de gobierno de Lula en Brasil y de López Obrador en México, a veces se porta con romanticismo similar al del uruguayo Mujica.
También es notaria la influencia del modelo socialdemócrata practicado en España por Felipe Gonzales y Rodríguez Zapatero, por cierto el discurso progresista como vanguardia de la izquierda lo acogió de españoles, franceses e italianos, aunque el suyo sea particular por su personalidad y acaso por lo adecuado a la realidad de su país. Todo como un acervo que bruñirá en su trasegar político, primero como militante precoz del M19, grupo guerrillero sui géneris para su momento, luego como parlamentario comprometido con sus causas y obviamente a la sazón de sus estudios juiciosos de filósofos y pensadores capitales del humanismo.
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Electo alcalde del Distrito Capital fue un burgomaestre especial, consecuente con su acervo ideológico tituló su administración “Bogotá Humana”, aludiendo a que procuraría el goce equitativo de derechos para toda la ciudadanía, más por priorizar la atención a los sectores históricamente desfavorecidos por los alcaldes antecesores, lo cual, por supuesto, afectaba las corruptelas y lo ventajoso de los grupos políticos cooptadores de todas las instancias burocráticas lo mismo que a los grupos económicos acaparadores de negocios en servicios e infraestructura de Bogotá. En efecto, la reacción de la ultraderecha fue alevosa, se le fueron con toda la mala leche, el contralor, el procurador, no solo porque les tocó los bolsillos, sino además, porque les intimidó lo indescifrable del gobernante irreductible en sus criterios.
En la autobiografía titulada “Una Vida. Muchas Vidas” cuenta que su sensibilidad social le fue inculcada desde niño por su familia, que el izquierdismo lo cultivo en el bachillerato que cursó en Zipaquirá, con lecturas de Marx, de Mao y de otros pensadores determinantes para ese momento, también que su religiosidad se formó con los criterios de la Teología de la liberación, con los ejemplos en Colombia de Camilo Torres (el cura guerrillero) y del poeta nicaragüense Ernesto Cardenal.
Tales ideas se afianzarían en los grupos de estudio y la militancia en el M-19. Más, a mi parecer, el punto de cualificación como ideólogo y como líder político empieza cuando el M-19 entrega las armas y se desmoviliza como guerrilla y asume la participación democrática en el partido político Polo Democrático Alternativo, más rotunda fue la participación de los líderes del M 19 en la constituyente con aportes importantes a la Constitución de 1991.
Desde entonces se depuran sus convicciones en un izquierdismo posmoderno, que luego devendrá en progresismo en tanto se va formando para gobernante. Como candidato del Polo participa por primera vez en las elecciones para presidente del 2010, quedó de cuarto con millón y medio de votos. Es en las siguientes dos jornadas electorales donde se expone con su original izquierdismo, se lanza con su propio partido al que en coherencia con su nueva conciencia denomina “Partido Progresista” y de hecho propone programas plenos de contemporaneidad, diferenciados por lo plural, por ambientalista y con la novedad de acoger las demandas y propuestas de minorías y nuevos sectores poblaciones determinantes en la actual realidad social verbigracia la valoración y acogida de las feministas y de los idearios de género.
En ambas elecciones demostró su preparación para gobernar con criterio progresista, sobre todo en la campaña del 2021 su progresismo superó con creces las mediocres propuestas de los otros candidatos, por lo mismo fue elegido presidente de la república.
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La verdad, el modo en que ejerce la presidencia inquieta a columnistas y politólogos, para quienes el definir su izquierdismo es un acertijo de una efigie griega, ya que desde su posición mostró el talante revolucionario y a la vez verdaderamente democrático de su gobierno. Para escándalo de la ultraderecha racista y excluyente nombra por primera vez en nuestra historia una vicepresidenta afrodescendiente, invita a la posición humildes del común, delega parte de la seguridad del evento a la guardia indígena, exige que le traigan la espada de Bolívar qué una vez hurtó el M19 y declaró que en su gobierno tendrían participación idóneo de todos los sectores incluso de la oposición.
Sus convicciones ambientalistas serían signo y ruta de su gobernanza, Colombia capital de la vida es el lema de su mandato y de hecho procedió a descarbonizar la economía, procurando el desarrollo del campo tendiendo a la industrialización del agro, apoyándose en conceptos tanto propios como de economistas vanguardistas, así también en la ONU y en todas sus intervenciones internacionales propone, exige, que el mundo lo acompañe en ello y sobre todo que el mundo todo participe en la protección de la Amazonia, pulmón del planeta.
Decidido en un gobierno de Cambio, diligencia reformas estructurales en la salud, en el sistema pensional, en lo laboral, en lo tributario. Y, para contrarrestar la oposición mayoritaria en el congreso se apoya en la participación de las comunidades, convocando la consulta popular en manifestaciones a modo de reverendos de hecho y esto es la innovación más rotunda de su progresismo, convencido de que “El constituyente primario” el pueblo es el fundamento del Estado, lo que propone al mundo entero como destino de la democracia trascendental.
Con ingenioso criterio ha sabido sustentar filosóficamente sus acciones de gobierno, también su estilo político, por lo cual, hoy por hoy, es de los presidentes más respetados del planeta, como economista, como ambientalista, como pacifista, como humanista. En verdad su gobierno en mucho le aporta al progresismo mundial.
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