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El balance de las autoridades tras cuatro días de cruentos ataques y enfrentamientos del ELN en Catatumbo no es nada alentador, Hasta el momento hay 80 personas muertas, 20 heridas y alrededor de 5.000 desplazadas.
Centenares de personas han llegado tanto al casco urbano de Tibú como a Cúcuta huyendo de los enfrentamientos. Catatumbo, una región estratégica en el noreste de Colombia, ha sido un punto neurálgico para diversos grupos armados debido a su ubicación fronteriza con Venezuela y su importancia para el narcotráfico.
Toda esta situación no solo impacto el proceso de paz con el ELN, que ya fue suspendido nuevamente el viernes pasado por orden del presidente Petro, sino también el que se lleva con la disidencia conocida como Estado Mayor de los Bloques y Frente, comandada por Calarcá Córdoba. Es especialmente a ese grupo al que el ELN le está haciendo confrontación para tomar el control del territorio. Además, ha tomado acciones contra los firmantes del Acuerdo de Paz, a quienes el ELN tilda de ser infiltrados. Al menos cuatro asesinatos de reincorporados han sido confirmadas.
Camilo González Posso, jefe negociador del Gobierno en la mesa con la disidencia de Calarcá Córdoba, habló con Colombia+20 sobre las implicaciones de esta crisis humanitaria y de las acciones violentas.
Catatumbo tuvo una tregua entre los grupos que operan en la región de años, pero desde hace meses venía una guerra silencia, ¿cómo explicar esta crisis que explotó de esta manera hace unos días?
Yo creo que esto es una decisión política. Tenemos información de que el ELN sacó a sus mandos de siempre de Norte de Santander y mandó a otra gente a hacer todo esto que hemos visto. Esto es un tema contra la mesa de paz que tenemos el Estado Mayor de los Bloques y Frente, pero también contra los reincorporados porque son un obstáculo, según ellos, para el control de su territorio. Todo esto es parte de una estrategia de control de la frontera.
También le digo que se está moviendo todo con base en lo que está pasando en la región. La elección de Trump, el factor Venezuela. Además, el ELN siente que no puede seguir perdiendo terrenos. Perdió el sur, en Nariño, con la división que tuvo con Comuneros. Chocó, gran parte lo ha perdido en ese enfrentamiento con el Clan del Golfo. En el Magdalena Medio están resistiendo con sus alianzas. Ha perdido mucho al interior de Colombia.
Camilo, en julio la mesa de paz que usted lidera por parte del Gobierno con las disidencias de Calarcá alertó sobre las denuncias contra Carlos Murgas, una persona de su equipo negociador. Murgas es un reconocido palmero justamente del Catatumbo. ¿Hay se empezó a avizorar que esa tregua podía romperse?
Eso fue un primer momento. En agosto hubo una caravana por la paz desde Cúcuta hasta Tibú pedir por la continuidad de los diálogos de paz porque para entonces ya se había terminado el cese al fuego. La comunidad también se movilizó cuando el ELN amenazó con quemar la planta de Palma, de la que es dueño Murgas en Campo 2.
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En diciembre, la gente del ELN se reunió con Andrey (comandante del Frente 33 de la disidencia de Calarcá, que sigue en la mesa) y acordaron que la tregua seguía. De repente, se presenta esto. Entonces pasó lo que le dije. La gente que había negociado con Andrey la cambiaron, la hicieron a un lado y entraron otras personas.
Es que en Catatumbo, la gente que son milicianos, pues, son familiares, se conocen entre ellos. Justo por eso, Pablito (del ELN) ordenó una intervención para controlar a su gente. Por eso se había visto que están buscando casa por casa a la gente del Frente 33, pero no solo a la gente que está en la guerra, sino civiles, líderes sociales que para ellos son infiltrados. Por eso también buscan a los firmantes y por eso también se pide corredores humanitarios. Hay 14 puntos de confinamiento, según lo que hemos sabido. También tenemos informaciones de comunidad de muchachos de la zona, que los han matado y que tienen los cuerpos en sus casas porque no han podido salir por el confinamiento. Tenemos 20 situaciones de esas.
Lo que ha cometido el ELN en el Catatumbo son crímenes de guerra.
— Gustavo Petro (@petrogustavo) January 17, 2025
Se suspende el proceso de dialogo con este grupo, el ELN no tiene ninguna voluntad de paz.
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¿Todo esto que está pasando en Catatumbo, desde cuándo se había advertido o desde cuándo lo sabía la mesa?
Situaciones de presión desde el tema de Campo 2 del que le hablé. Ahí se empezó a oír sobre estas situaciones. El fin del cese al fuego con el ELN también tuvo su repercusión.
En un audio que se conoció de Andrey, él dice que no han respondido a los ataques del ELN, pero hay informaciones de que sí ha habido enfrentamientos y que son respuesta de la disidencia de Calarcá. ¿Usted qué información tiene?
La información que yo tengo es que en los últimos días se han presentado cuatro choques, uno de ellos del ELN atacando un campamento de los hombres de Andrey y sí ha habido respuestas. Hay siete muertos de la disidencia. Pero todo han sido, según lo que nos dicen, operaciones defensivas.
La gente de la disidencia de Calarcá en esa zona sigue en la mesa, ¿se ha pensado cómo protegerlos a ellos y a los firmantes de paz amenazados?
Esa situación es grave porque lo que nos han dicho es que la instrucción que se le dio al ELN es sacarlos y matarlos a todos porque, afirman, que son informantes, aliados del Gobierno y que hay que sacarlos del territorio. Por eso han matado siete firmantes. Y hay otros cuatro que están detenidos y no se sabe nada ellos. Hay una orden de aniquilamiento a los firmantes, que consideran que son un estorbo. Y la decisión es o el firmante se alinea con ellos o fuera. Solo el hecho del asesinato de firmantes en una sola jornada, es lo más grave que ha pasado. Y los que están en la mesa, todos están declarados objetivos militares por parte del ELN.
¿Se ha pensado cómo protegerlos? Sí. Los delegados de ellos todos son comandantes de allá: están ‘Javier’, ‘Richard’ y ‘Andrey’. Los tres están en la mesa. Y aparte de eso, hay otros que están en los mecanismos de verificación. En total son como 16 personas. El gobierno tiene unos protocolos de protección, algunos están con un esquema de la Unidad Nacional de Protección. Ahora están replegados, escondidos porque están muy amenazados.
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¿Cómo afecta esto la mesa de paz del Gobierno con la disidencia de Calarcá?
Claro, lo afecta muchísimo. Tenemos proyectos en temas de educación, de salud, con mujeres, con indígenas. Han participado más de 6.000 personas en esos grupos de trabajo para proyectos productivos. Lo que pusimos es que hasta diciembre les estaban diciendo “suavemente” que no se metieran en esos proyectos. Con todo lo que pasó, eso puede frenar muchas cosas: las iniciativas de transformación del territorio, de inversión, de reconstrucción del Estado, etc.
¿Y los ciclos?
Tenemos previsto hacer un ciclo en febrero y no era en Catatumbo. Por ahora haremos, claro, unas reuniones, pero nos mantenemos en que el ciclo se haga en febrero.
¿Cómo manejar el tema del cese al fuego, sabiendo que es un tema bilateral, no implica confrontaciones con otros grupos armados, pero en la mesa sí hay compromisos que se pueden romper, por ejemplo, el tema de civiles?
Está la declaración de Andrey donde dice que no habrá respuesta, digamos como operaciones ofensivas. Esa declaración está acompañada de manifestaciones de ellos con compromisos de no atacar a civiles, no atacar a personas simpatizantes del ELN, tampoco a gente de desarmada ni a la fuerza pública. Ellos han reiterado mantenerse en la regla y mantener los compromisos que se han pactado en la mesa.
Todo apunta a que el Gobierno va a sacar un decreto de conmoción interior, ¿esto como impacta a las negociaciones de paz o a la mesa puntualmente?
Puede impactar, pero quizás no negativamente. Eso le puede servir al Gobierno para movilizar los recursos e inversiones, acelerar el Pacto Catatumbo para las vías, colegios, la universidad de Catatumbo. No puede ser simplemente que va a enviar pie de fuerza.
¿Usted ha hablado con Calarcá Córdoba o con Andrey Avendaño?
Con Calarcá hemos tenido comunicación, más no conversación, pero esta semana sí vamos a tener conversaciones. Con Andrey sí hemos hablado, pero lo que nos ha dicho es que se mantienen en el proceso.
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