ExFarc reconocen daños por dos tomas guerrilleras en San Adolfo (Huila)

Entre el 11 y el 15 de julio se desarrolló en el corregimiento de San Adolfo, en el municipio de Acevedo (Huila), un acto simbólico de reparación y reconocimiento por parte de antiguos combatientes del Bloque Sur de las Farc que operaron en ese departamento y en Caquetá. El acto se hizo en el marco del festival "Caquetá se pinta de colores", organizado por la exguerrilla.

San Adolfo, ubicado al suroriente del Huila, fue escenario de dos tomas guerrilleras por parte de las antiguas Farc para atacar la estación de Policía del parque principal. La primera fue el 6 de agosto de 1987 y la segunda el 2 de septiembre del 2001. Este último resonó más a nivel nacional porque el ataque se cometió con un gas tóxico que provocó la muerte de algunos patrulleros.

A finales de los noventa. El Bloque Sur reforzó su presencia en Huila con el frente 13 Cacica Gaitana y luego con el 61 Cacique Timanco. Entre 2001 y 2005, según una de sus habitantes, Zuleima Papamija, el pueblo quedó casi abandonado a causa de los desplazamientos forzados.

Sin embargo el Acuerdo de Paz abrió una puerta de reconciliación. Desde 2019, excombatientes y pobladores han tenido acercamientos con el apoyo de entidades como la Comisión de la Verdad. Por estos hechos, Rodrigo Londoño, excomandante y hoy presidente del Partido Comunes, fue a Acevedo a pedir perdón a las comunidades en septiembre de ese año.

Este 15 de julio terminó la jornada de muralismo como una forma de recuperación y embellecimiento del pueblo. "Acá hemos estados con seis artistas, víctimas, comunidades y excombatientes y hemos pintado 14 murales. Es un ejercicio para afianzar ese ejercicio de reconciliación", le explicó a este medio Federico Montes, uno de los excombatientes que habita en el espacio de reincorporación de Agua Bonita, en Caquetá.

Los murales fueron acordados con la comunidad y retratan animales, plantas o retratos muy característicos de esa región. En el evento final de este jueves, el excombatiente Omar Ayala fue el encargado de reconocer la responsabilidad de las Farc en los hechos que afectaron a San Adolfo y en seguida, Omaira Rojas, más conocida como "Sonia", contó quiénes dieron las órdenes de las tomas guerrilleras y cómo se desarrollaron.

Luego del reconocimiento de las exFarc, hubo una presentación musical y un recorrido por cada uno de los murales en el que los artistas iban explicando su significado. Terminó con la firma de un pacto de convivencia entre los excombatientes y la comunidad.

El padre del corregimiento, Jairo Mota, quien dirigía la biblioteca que fue quemada en una de las tomas, dijo durante el acto que la comunidad de San Adolfo poco a poco ha aprendido a dejar el odio y el rencor atrás. "Ahora necesitamos construir una nueva forma de vida y de convivencia en paz. Esta primera actividad es empezar a darle vida y alegría a lo que fue tristeza y desolación", aseguró.

Otro habitante de San Adolfo, Freddy Quitian, quien fue víctima de desplazamiento forzado resaltó que se estén dando estos acercamientos con sus antiguos victimarios como una manera de darle ejemplo al país de que la paz y la reconciliación sí son posibles. "Ahora que se ha venido desarrollando estas actividades hemos buscado que víctimas y victimarios trabajemos en soluciones que ayuden a mejorar las actividades socioecónomicas de la región"

Este acto de reconocimiento es un capítulo del festival de grafiti "Caquetá se pinta de colores" que nació desde hace cuatro años en el espacio de reincorporación de Agua Bonita. A pesar de la pandemia, viajará con sus talleres de muralismo, grafiti y talleres con artistas a distintos municipios afectados por el conflicto armado. Este festival se desarrollará del 22 al 29 de agosto.