El enamoramiento es una de las experiencias más intensas y transformadoras que puede vivir una persona.
Este sentimiento no solo afecta las emociones, sino que también genera cambios químicos y estructurales en el cerebro.
La ciencia ha demostrado que cuando alguien se enamora, su cerebro pasa por procesos similares a los de una adicción, liberando sustancias que generan placer, apego y deseo.
Sigue a Cromos en WhatsAppCuando alguien está enamorado, el cerebro suprime la actividad en las regiones asociadas con el juicio crítico y la evaluación de defectos.
¿Qué ocurre en el cerebro cuando nos enamoramos?
Cuando una persona se enamora, su cerebro experimenta una serie de cambios neurológicos que afectan el comportamiento y las emociones. La dopamina, la oxitocina y la serotonina juegan un papel clave en este proceso.
- Dopamina: Una publicación en Journal of Neurophysiology asegura que es un neurotransmisor asociado con el placer y la recompensa. Se libera en grandes cantidades cuando nos enamoramos, generando sensaciones de felicidad, energía y euforia.
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- Oxitocina: Conocida como la “hormona del amor”, está relacionada con el apego y la confianza. Su liberación fortalece los lazos emocionales entre las parejas.
El enamoramiento es un fenómeno complejo que afecta al cerebro de diversas maneras, desde la liberación de neurotransmisores hasta cambios en la percepción de la realidad.
- Serotonina: Durante el enamoramiento, los niveles de serotonina disminuyen, lo que puede explicar la constante fijación en la persona amada y la ansiedad por su presencia.
Asimismo, diversos estudios han encontrado que el enamoramiento activa las mismas regiones cerebrales asociadas con las adicciones a sustancias psicoactivas.
El sistema de recompensa del cerebro se vuelve altamente sensible a la presencia de la persona amada, lo que puede generar conductas obsesivas y eufóricas.
Conocer los mecanismos que regulan el amor nos ayuda a entender mejor nuestras emociones y relaciones.
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Por ello, cuando una relación termina, el cerebro experimenta síntomas similares a los de la abstinencia, como tristeza profunda, ansiedad y dificultad para concentrarse.
Esto se debe a la caída repentina de dopamina y oxitocina, sustancias que generan bienestar.