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Las tecnologías limpias, conocidas como ‘cleantech’, están transformando la forma en que abordamos los problemas ambientales. Sin embargo, su crecimiento y expansión se enfrenta a varios retos. Estos desafíos van más allá de la innovación técnica. También tocan aspectos cruciales como la financiación, la demanda de soluciones sostenibles o la escalabilidad de las tecnologías.
Superar estas barreras es fundamental para lograr una transición hacia un modelo energético más sostenible. La colaboración entre sectores, la inversión en investigación y desarrollo, y el apoyo a las políticas públicas adecuadas son algunos de los pilares necesarios para desbloquear el potencial de las ‘cleantech’ y facilitar su integración en industrias clave.
Encontrar financiación para los proyectos ‘cleantech’
Según estimaciones de Cleantech for Europe, Europa se enfrenta a una brecha de inversión de 50.000 millones de euros hasta 2030 solo para escalar las energías solar y eólica, la producción de baterías, electrolizadores y bombas de calor y la captura de carbono.
“Los retos a nivel de financiación son cuantiosos. Tenemos que encontrar la manera de financiar una disrupción tecnológica sin precedentes y hacerlo de forma rápida, en un mercado incierto y con una regulación cambiante”, explica Natalia Ruiz, socia de Suma Capital, gestora de inversiones responsables especializada en la gestión de residuos para producir biogás y biometano. “En general, las ‘cleantech’ necesitan largos tiempos de desarrollo y capital para disminuir el riesgo tecnológico y, una vez validadas a pequeña escala, su evolución hasta alcanzar una escala comercial también requiere una alta intensidad de capital. Todo ello dificulta encontrar los instrumentos financieros adecuados”, comenta.
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Pero estos desafíos tienen solución, señala Ruiz. “Es muy importante la financiación público-privada. Los incentivos fiscales y las subvenciones pueden hacer que las inversiones sean más atractivas al reducir los costes iniciales y los costes de la fase de escalado”, subraya. “También es necesario el apoyo a los fondos de capital riesgo especializados, que comprenden los desafíos específicos del sector y pueden poner sobre la mesa soluciones imaginativas para facilitar la financiación”.
Demanda y acceso a la energía limpia y asequible
Para Sophia Karagianni, Senior Policy Officer de Cleantech for Europe, existen otros dos grandes retos: uno relacionado con la demanda y otro con el acceso a electricidad limpia y asequible. Por un lado, la demanda de soluciones ‘cleantech’ no es tan robusta como debería ser y no existen medidas sistemáticas en Europa para introducir soluciones verdes de forma masiva en la construcción, la industria automotriz o la aviación. Además, el acceso inconsistente y el coste elevado de la energía limpia todavía suponen una barrera económica para empresas y consumidores, reduciendo los incentivos para invertir en ‘cleantech’.
A estos tres grandes desafíos, Bianca Dragomir añade un cuarto: la escalabilidad. Al contrario de lo que sucede con otros segmentos de empresas emergentes, los costes iniciales de las startups ’cleantech’ son elevados y sus soluciones compiten directamente con industrias muy establecidas y con economías de escala bien desarrolladas.
El impacto ambiental de las tecnologías limpias o ‘cleantech’
Por último, existe otro gran desafío relacionado con el uso de los recursos y el impacto ambiental de las tecnologías limpias. De acuerdo con la Agencia Internacional de la Energía, la fabricación de baterías y de tecnologías que permitan aprovechar la energía renovable multiplicará por 43 la demanda de litio, por 41 la de níquel y por 21 la de cobalto hasta 2040. Esto puede traducirse en impactos ambientales serios y en un cuello de botella importante para algunos recursos.
“La solución a este dilema está llegando de las mismas tecnologías limpias. El reciclaje y la reutilización de los materiales críticos es una gran oportunidad de innovación en ‘cleantech’. Además, tenemos la oportunidad de desarrollar nuevas tecnologías limpias como alternativas a ciertos materiales críticos. Por ejemplo, podemos producir baterías para coches eléctricos sin cobalto o fabricar imanes para la generación de energía eólica sin tierras raras”, añade Dragomir.
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El éxito del ecosistema ‘cleantech’ por lo tanto, dependerá de la capacidad para equilibrar innovación, inversión y sostenibilidad. Aunque los retos son significativos, también lo son las oportunidades de crecimiento y transformación. Solo a través de una acción coordinada entre gobiernos, empresas y sociedad civil será posible acelerar la adopción de tecnologías limpias que permitan reducir emisiones, aprovechar mejor los recursos y construir una economía más resiliente, justa y sostenible para las futuras generaciones.
*Texto publicado originalmente en BBVA, replicado en El Espectador con autorización de BBVA Colombia.
*Título modificado y ajustado por el editor de EyL de El Espectador.
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