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El número de la deuda es frío, pero el peso se siente en las finanzas públicas. Colombia debe US$201.135 millones al resto del mundo. Una cifra que representa 48,03 % de todo lo que produce el país en un año. Como si por cada $100 que se generan, $48 ya estuvieran comprometidos antes de comenzar el día.
Pero esta es una cifra que tiene matices y debe revisarse con lupa, ya que es una deuda silenciosa que afecta la inversión social para pagar compromisos. Un compromiso que, mal llevado, puede crecer como bola de nieve.
A simple vista, el dato de febrero parece positivo. Según el Banco de la República, la cifra bajó como porcentaje del PIB respecto a enero (48,23 % en enero vs. 48,03 % en febrero), un descenso de 20 puntos básicos. En términos nominales también hay una reducción: US$845 millones menos en comparación con el primer mes del año. Pero el contraste de la historia está en tiempos más largos.
Un año atrás, en febrero de 2024, la deuda era menor US$196.047 millones. Hoy son US$5.088 millones más. Y aunque como proporción del PIB se ve una caída, es decir, producimos más de lo que crece la deuda (de 53,17 % a 48,03 %), ese respiro proviene de una economía que se reactiva en todos los frentes... por ahora.
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La ilusión óptica del ratio deuda/PIB tiene su historia. En mayo de 2021, tras el golpe económico de la pandemia, el indicador alcanzó su pico máximo: 57,68 %. Fue un momento excepcional, marcado por gasto público expansivo y caída del producto interno bruto. Desde entonces, ha descendido, es innegable, pero el monto total de la deuda ha seguido en ascenso.
Desde 2008, cuando la deuda externa era apenas 18,5 % del PIB, la pendiente ha sido constante. En diciembre de 2019, justo antes de la pandemia, ya marcaba 42,9 %. Hoy está cinco puntos arriba.
Así se ha movido la deuda en un año:
| Mes | Deuda (US$ millones) | % del PIB |
|---|---|---|
| Febrero | 201.135 | 48,03 |
| Enero 2025 | 201.980 | 48,23 |
| Diciembre 2024 | 201.793 | 48,18 |
| Noviembre | 201.860 | 48,62 |
| Octubre | 198.872 | 47,90 |
| Septiembre | 198.294 | 47,76 |
| Agosto | 197.169 | 48,33 |
| Julio | 197.717 | 48,46 |
| Junio | 196.240 | 48,10 |
| Mayo | 196.910 | 50,55 |
| Abril | 197.782 | 50,77 |
| Marzo | 196.344 | 50,40 |
| Febrero | 196.047 | 53,17 |
| Enero | 197.482 | 53,56 |
Quién debe: el peso del Estado frente al impulso privado
El corazón de esta deuda no está en los hogares ni en las empresas. Está en el Estado. El sector público concentra 56,1 % del total de la deuda externa: US$112.995 millones. Aunque el dato bajó frente a enero (cuando se situaba en US$113.602 millones), sigue representando el mayor peso estructural.
El Gobierno y sus entidades han sido los principales responsables de endeudarse con acreedores internacionales, con bonos, créditos multilaterales o financiamiento bilateral.
El sector privado, por su parte, acumula una deuda de US$88.140 millones, 43,9 % del total. Pero en contraste con el comportamiento del Estado, su endeudamiento creció: US$5.386 millones más que hace un año. La cifra habla de un empresariado que sigue buscando fondeo externo, ya sea por condiciones más favorables o por falta de alternativas internas competitivas.
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No hay crisis, pero hay señales
Colombia no está, ni de cerca, al borde de un default. La trayectoria, sin embargo, exige atención. A medida que las tasas de interés internacionales suben y asecha un posible freno económico mundial por la guerra arancelaria, la estanflación de China y una posible recesión en Estados Unidos, el costo de la deuda debe revisarse con lupa.
Por ejemplo, si el tipo de cambio se debilita, el peso de pagar en dólares se amplifica. En enero de 2020, el dólar estaba en $3.204. Hoy, está en $4.237, fijado por la Superintendencia Financiera.
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Además, el crecimiento económico futuro no está garantizado. El Banco de la República estima un crecimiento de 2,5 % anual en el primer trimestre de 2025, por encima de lo previsto. Para este año, la proyección es de 2,6 % (una caída frente al 3 % de principio de año).
Una deuda alta reduce el margen de maniobra del Estado para invertir en educación, salud o infraestructura. A mayor deuda, mayor servicio de intereses.
Colombia está lejos de una quiebra (en todo el sentido de la palabra), pero no puede darse el lujo de ignorar una deuda nominal creciente cercana a la mitad de lo que produce.
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