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¿Para qué sirve la infraestructura, si no es para cumplir la promesa del desarrollo y acortar la distancia entre las personas?
Las metas en este rubro van del pavimento al cielo, pero lo importante es ejecutar, cumplir la promesa dicha a los ojos y oídos de los ciudadanos. Según el informe de Rendición de Cuentas del Ministerio de Transporte, el análisis preliminar evidencia un tablero mixto en el avance de este año: crecimiento en modos férreos, fluviales y sostenibles, junto a problemas de financiación y ejecución que persisten, sobre todo en los grandes proyectos urbanos.
👀 Conoce el Informe preliminar de la Rendición de Cuentas 2025 y los avances que impulsan un transporte más humano, equitativo y sostenible en todo el país: https://t.co/6QRFOhi6q7
— MinTransporte (@MinTransporteCo) November 13, 2025
Envíanos tus preguntas y comentarios al correo rendiciondecuentas@mintransporte.gov.co@maferojas pic.twitter.com/QMTfbgdlKo
El ferrocarril: el gigante dormido que empieza a moverse
Durante décadas, el tren fue una reliquia en los informes del Estado. Hoy vuelve a aparecer con números que sorprenden.
El corredor La Dorada–Chiriguaná pasó de mover 89.332 toneladas de carga en 2022 a 691.808 toneladas en 2025. Esa cifra equivale a más de 7.000 tractomulas trasladando mercancía sobre rieles.
En total, se estructuraron o adjudicaron 525 kilómetros de vías férreas, incluyendo la APP La Dorada–Chiriguaná, firmada en abril de 2025, con una inversión social del 1 % del CAPEX (unos COP 26.000 millones).
Otros proyectos, entre ellos el Bogotá–Belencito, el Corredor del Pacífico o Villavicencio–Puerto Gaitán, avanzan en estudios o estructuración. Pero la velocidad, el ritmo de ejecución, es lento por conflictos sociales, trámites ambientales y la fragilidad de algunos contratistas.
El reto es que el tren deje de ser símbolo de nostalgia y se convierta en un eje real de intermodalidad, capaz de reducir emisiones y costos logísticos.
Carreteras para la paz: la infraestructura que toca tierra
Lejos de los grandes peajes, los “Caminos Comunitarios de la Paz Total” son el rostro más tangible de la política de inclusión territorial.
El programa ha permitido 1.356 convenios culminados, beneficiando a 549.981 personas y mejorando el acceso a 2.284 escuelas rurales.
Sin embargo, la realidad es menos romántica. A comienzos de 2025, 894 proyectos estaban suspendidos por falta de giro de recursos, cortesía de los recortes del Ministerio de Hacienda, evidenciado en la plataforma Sinergia del Departamento Nacional de Planeación.
A ello se suman lluvias, bloqueos y escasez de materiales que han paralizado tramos en Cauca, Norte de Santander y Caquetá.
Como ha explicado este diario, la ejecución general no alcanza ni el 10 %. La iniciativa prometía intervenir más de 33.000 kilómetros de carreteras rurales, caminos ancestrales y corredores estratégicos, con una inversión estimada de COP 8 billones.
La Cámara Colombiana de la Infraestructura subrayó la “frustración” frente a la lejanía de la ejecución y la distancia con los compromisos.
Tres años después, la frustración reemplaza a la expectativa, tras un programa quieto con las manos en el cemento e índices de ejecución en punto crítico. Apenas se ha avanzado en 2.950 km de pavimento.
Aeropuertos pequeños, impactos grandes
En regiones donde una pista de aterrizaje significa vida, el modo aéreo se ha vuelto esencial.
Según los datos oficiales, 15 aeropuertos no concesionados en mejoramiento y 31 aeródromos con asistencia técnica a través del programa ASAES.
Las rutas SAE (Servicios Aéreos Esenciales) —esas que no dan ganancias, pero conectan territorios olvidados— ya suman 68 en operación, con 600.268 pasajeros transportados entre enero y agosto de 2025.
Ahora bien, en el caso de los 15 aeropuertos no concesionados, el avance promedio ha sido de 37,93 %. Se destacan las mejoras en Tolú, San Andrés, Pasto, Nuquí y Armenia. En el otro extremo, quedan rezagados los desarrollos aeroportuarios en Guapi, Ipiales, Leticia, Mitú y Puerto Carreño.
Ríos que vuelven a ser carreteras
El modo fluvial y marítimo vive un renacer contenido. En el Río Magdalena, 17 muelles flotantes ya están terminados y 929 kilómetros se encuentran en fase de intervención.
El proyecto beneficiará a 562.000 habitantes, mediante un corredor logístico intermodal que anticipe el aumento del transporte de carga nacional y de comercio exterior.
El Canal del Dique, además de su ambicioso plan de restauración ambiental, incluye un protocolo forense para la búsqueda de desaparecidos en la zona, una deuda histórica con las comunidades ribereñas.
En el Río Meta, la estructuración de la navegabilidad entre Puerto López y Puerto Carreño busca conectar la Orinoquía con el comercio internacional, un paso estratégico para el país profundo.
La movilidad sostenible: más que buses eléctricos
Colombia ya registra 31.490 vehículos eléctricos, equivalente al 75 % de la meta climática NDC 2025.
El Programa Nacional de Electrificación del Transporte Público Urbano, en marcha hasta 2040, proyecta 2.940 buses eléctricos para ciudades intermedias.
Solo Bogotá avanza con 269 nuevos buses eléctricos, cofinanciados en un 62 % por la Nación.
Sin embargo, la política verde avanza más rápido en discurso que en normativa. La resolución que define las tecnologías de bajas y cero emisiones sigue empantanada entre el MinTransporte y el MinAmbiente, dejando a los proyectos sin un marco claro para operar o recibir incentivos.
La plata que no llega
Según el Portal de Transparencia Económica, de los COP 15,3 billones de presupuesto de la cartera de transporte, apenas ha ejecutado el 29 % a corte de octubre, por debajo del 31 % del año pasado y del 58,8 % de 2023.
El informe del Ministerio detalla que COP 2,04 billones en proyectos de cofinanciación —entre ellos el Metro de Bogotá, el Regiotram de Occidente y el Metro Ligero de la 80 en Medellín— fueron reprogramados por falta de recursos.
La medida busca ajustar los compromisos fiscales del sector tras el Decreto 069 de 2025, pero en la práctica retrasa obras que ya deberían estar avanzadas.
A esto se suman licenciamientos ambientales atascados y demoras en el Canal del Dique, que amenazan con ralentizar los hitos de 2026.
Lo que viene antes de finalizar 2025
Según el informe, de aquí a diciembre de 2025, el Ministerio espera firmar convenios del Tren de Cercanías del Valle (no alcanzó trámite) y el Tren de Zipaquirá (convenio firmado por el Gobierno y la Gobernación de Cundinamarca), alcanzar 70 rutas aéreas esenciales y finalizar 50 muelles fluviales.
Para 2026, la meta es consolidar la electrificación del transporte público, estructurar nuevos corredores férreos y actualizar la NDC 3.0, que incluye las metas de mitigación y adaptación climática del sector.
Pero los desafíos son conocidos: asegurar flujos financieros estables, agilizar licencias ambientales y fortalecer la articulación interinstitucional para que las metas del Plan Nacional de Desarrollo 2022–2026 no se queden en papel.
Además, con cuatro relevos en la cartera (Guillermo Reyes, William Camargo, María Constanza García y María Fernanda Rojas), la confianza en el sector se ha convertido en uno de los puntos que más tensiona los debates, en un ámbito ya fragmentado por múltiples gremios, intereses y un elevado presupuesto anual.
Este año, por ejemplo, se han presentado turbulencias en el sector de carga, tanto por los aumentos en los peajes, como las “dificultades” en el consenso frente a los acuerdos con los camioneros de 2024. Por ahora, el único tema pendiente es el del alza de los combustibles, que suele agrietarse apenas se pronuncia la frase “ajuste de precio”.
En las ciudades, los megaproyectos siguen trabados en el pantano burocrático, mientras los caminos de polvo siguen cargados de barro a la espera de removerse con los Caminos Comunitarios para la Paz.
En un país donde la geografía es una epopeya y no un mapa, la obra más grande de todas es conectar lo que sigue desconectado. Y ese camino sigue abierto.
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