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¿Es verdad que los orientales nos ven a todos los occidentales iguales?
En realidad, esto es más una idea errónea interesante causada por una “inercia cognitiva”. No se debe a que “tengan el mismo aspecto”, sino a que, en las primeras etapas de contacto, nuestra “capacidad para discernir detalles” en rostros desconocidos aún no se ha activado plenamente. Es similar a la dificultad que pueden tener los occidentales para distinguir rostros orientales. En lo que a mí respecta, aspiro a que los diseños de los personajes que creo sean aceptados y gusten a la mayoría de personas en todo el mundo. Por eso, no me enfoco intencionadamente en las características de una región específica, sino que doto a los personajes de un aire más vital, evitando expresiones estereotipadas.
De tus dibujos, ¿cuál es el que más trabajo te ha costado hacer y por qué?
Probablemente, la titulada “El Nuevo Uso del Arca de Noé”. Lo que expresa es esto: originalmente, el Arca de Noé se construyó para escapar de un diluvio, pero hoy la Tierra se enfrenta a la escasez de agua y la sequía. La legendaria inundación no está por ninguna parte; en su lugar, tenemos un sol abrasador y un calor sofocante, lo que amenaza la supervivencia de los animales. Por suerte, el arca construida en el pasado aún puede ser útil: transformarse en un toldo para dar sombra, creando un marcado contraste con su propósito original. Esta obra, desde la concepción de la idea hasta la composición, pasó por numerosas revisiones y varios borradores antes de completarse. También ganó el primer premio en la 9ª Exposición Internacional de Cómic de Imitos, Grecia.
¿Vives de hacer caricatura o tienes un trabajo secreto?
Antes siempre creaba cómics en mi tiempo libre, todas mis obras se realizaron durante mis momentos de descanso. Ahora, estoy jubilado y me he convertido en un creador de cómics a tiempo completo. En realidad, mis intereses son muy amplios: me apasiona inventar, fabricar y reparar aparatos mecánicos y eléctricos, y también siento interés por la medicina. Pero, al final, he dirigido mis principales energías hacia la creación de cómics. No es porque reporte grandes beneficios económicos, sino porque me brinda una felicidad incomparable.
¿Cómo es ser caricaturista en Oriente, hay libertad de expresión?
En China, la creación de cómics, en aspectos como el diseño de personajes y estilos de dibujo, ha desarrollado características y estilos propios con distintivos chinos. La libertad de creación es “relativa y tiene límites”. De hecho, en ningún país existe una libertad de creación absolutamente sin restricciones. Siempre que no se traspasen los límites de la ley y el orden público y las buenas costumbres, y no se fomente excesivamente la violencia, lo vulgar, la difamación, el insulto, los ataques personales o el contenido pornográfico, se puede crear libremente sobre diversos temas, como la sátira, el humor, la protección del medio ambiente, la divulgación científica, la ciencia ficción, la cultura, la vida cotidiana, la historia, etc. Anualmente en China se celebran competiciones nacionales de cómics con temas como la sátira de las malas prácticas y la corrupción en la administración.
¿Dónde te gustaría publicar o aparecer? En caso de ser televisión o cine, por ejemplo, hacer de extra en una película o protagonizarla, ser presentador de un programa, salir en la portada de X revista (tu foto o un dibujo tuyo)
Espero que mis obras puedan publicarse en cualquier plataforma posible, incluyendo sitios web, periódicos, revistas, libros, el ámbito audiovisual y medios personales, para que más personas en todo el mundo puedan sentir este humor oriental. En cuanto a hacer cameos en producciones audiovisuales o ser presentador de programas, mejor no, no es mi fuerte. Mi carácter es bastante introvertido, no se me da bien expresarme oralmente; lo que mejor se me da es hablar a través del pincel. Me pondría nervioso frente a la cámara y también me preocupa que eso arruine el “misterio” único que tienen los cómics.
¿Qué le cambiarias a esta profesión, cómo la mejorarías, te dedicarías a otra cosa?
Principalmente, hay dos aspectos que espero cambiar, y las formas de optimizarlos son muy prácticas:
Primero, corregir el prejuicio de que el cómic es simplemente “dibujar de cualquier manera”. Mucha gente piensa que los cómics tienen composiciones simples, trazos descuidados, diseños torcidos y exagerados, y asumen erróneamente que el autor carece de habilidad en el dibujo. En realidad, el cómic utiliza precisamente la deformación y la exageración para crear efectos humorísticos. Detrás de esa aparente simplicidad, se necesitan unos sólidos fundamentos en dibujo: se debe dominar el dibujo a lápiz, el boceto rápido, la estructura corporal, la perspectiva, la composición, la combinación de colores, etc. Solo con estas bases, las obras creadas podrán ganarse el gusto de más personas. Por supuesto, no se puede negar que efectivamente hay algunos autores con fundamentos más débiles, por lo que los creadores de cómics necesitan mejorar continuamente su formación artística y consolidar sus bases de dibujo. Como dice un refrán chino: “Si los cimientos no son sólidos, la tierra temblará y las montañas se derrumbarán”. Sentar unas buenas bases en el dibujo beneficiará para toda la vida.
Segundo, mejorar el entorno general de la industria. Actualmente, a nivel global se celebran anualmente más de cien competiciones o exposiciones internacionales de cómic, pero muchas de ellas, tras finalizar, no cumplen con lo prometido en sus bases, incluso desaparecen sin dejar rastro, lo que frustra gravemente la motivación de los participantes y ganadores. Para resolver este problema, se necesita el esfuerzo conjunto de los creadores de cómics de todo el mundo, ya que afecta a los intereses de todos. También se podrían denunciar, a través de las instituciones pertinentes –ya sean oficiales u organizaciones no gubernamentales– y en varios medios de comunicación, a los organizadores de concursos poco serios, para que no tengan donde esconderse.
En cuanto a cambiar de profesión, nunca lo he considerado. Porque para mí, el cómic no es solo un trabajo, sino una “forma de expresarme”. En la vida hay tantas cosas absurdas y reales; transformarlas con el pincel en “cómics satíricos que arrancan una sonrisa” brinda una satisfacción que ningún otro trabajo puede reemplazar. Seguiré dibujando siempre.
