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La Industria Militar de Colombia (Indumil) presentó el fusil de fabricación nacional que, según el Gobierno, comenzará a reemplazar de manera gradual al Galil ACE israelí actualmente en dotación. El desarrollo —que combina polímeros de alta resistencia— busca fortalecer la autonomía estratégica y reducir la dependencia de proveedores extranjeros, afirmaron las autoridades durante la presentación.
El proyecto, según Indumil, alcanza un avance cercano al 85% y está estructurado en tres fases:
- Fase I: investigación y vigilancia tecnológica (ya concluida).
- Fase II: diseño y desarrollo de producto, actualmente en 75%, con 10 prototipos que serán probados desde octubre de 2025.
- Fase III: ingeniería de procesos y producción en serie, prevista para iniciar en el segundo semestre de 2026.
Indumil detalló que la intención es alcanzar, con el tiempo, una producción mayoritariamente nacional de los componentes del fusil —actualmente estimada en más del 65% en polímeros— y, posteriormente, la producción total.
Durante la presentación, el ministro de Defensa, Pedro Sánchez Suárez, afirmó que “se están haciendo los ajustes internos y toda la línea de producción, de tal manera que a partir del segundo semestre del 2026 – si se dan las condiciones – comencemos ya la transición al nuevo fusil colombiano, que puede tardar unos cinco años, adquiriendo una capacidad de producción de 80.000 fusiles anuales para reemplazar los 400.000”.
En esa intervención el ministro añadió: “hay que darle mejores capacidades a las Fuerzas Militares y parte de ellas es tener una autonomía estratégica. Y en una línea que hemos definido con Indumil es dotar con nuestro propio fusil colombiano a nuestras fuerzas militares y policía nacional. Pero también exportarlo a otros países, exportaciones que ya las estamos haciendo con pistolas”.
El jefe de cartera destacó que el nuevo fusil colombiano es un 15% más liviano y hasta un 25% más barato que el Galil ACE, lo que le otorga ventajas tanto en competitividad de mercado como en capacidad de respuesta frente a las necesidades operacionales del país.
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“Hay una garantía fundamental, es que es probado en un contexto, en un ambiente de guerra real. Está realizándose todas las pruebas, esto es posible gracias a la ingeniería colombiana. Yo estoy hablando del esfuerzo de personas que vienen detrás de ello que comenzaron hace tres años, el honor es Indumil”, señaló Sánchez.
El coronel Juan Carlos Mazo, presidente de Indumil, explicó la capacidad de repuestos y fabricación: “Hoy tenemos una disponibilidad de 8.000 cañones, los cuales nos permitirían satisfacer las necesidades actuales y generar la transición respecto al fusil colombiano”.
Mazo también destacó el conocimiento acumulado de la entidad. “La industria militar durante 70 años ha venido acumulando un conocimiento que ha permitido que genere capacidades propias. Es así como actualmente con esas capacidades endógenas, producto de la transferencia de conocimiento que hemos logrado durante los últimos años, tenemos la posibilidad de presentar el fusil Indumil. Un desarrollo con talento y conocimiento de la capacidad tecnológica de nuestra propia nación”.
De cara a las pruebas operacionales, Indumil anunció que en octubre de 2025 se someterán los prototipos a ensayos por las Fuerzas Militares en condiciones de agua, arena y barro; luego se fabricarían 10 fusiles para pruebas iniciales y una posterior serie de 50 unidades destinadas a cada fuerza para evaluación en terreno.
Sobre la disponibilidad de repuestos y la transición, Mazo explicó que, tras la suspensión de relaciones comerciales con Israel, ordenada por el presidente Gustavo Petro, el país contaba originalmente con 25.000 cañones que cubrieron las necesidades de 2024 y 2025; hoy la reserva disponible es de 8.000 cañones, cifra que, dijo, permite una transición ordenada hacia el fusil nacional.
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El ministro Sánchez añadió que la renovación completa de dotación demandaría cerca de 400.000 fusiles y que, para atender esa meta en cinco años, sería necesaria una capacidad de producción de aproximadamente 80.000 unidades anuales.
“Al mismo tiempo, el uso de materiales como los que se están manifestando los polímeros, disminuye los costos de producción, reducen también los tiempos. Hablamos que uno de los componentes del fusil que venimos empleando actualmente, en el mecanizado de uno de sus componentes que se llama el armazón, tiene un tiempo de mecanizado que nos ocupa cerca de un mes. Inyectar el mismo componente en el fusil considerado como polímeros nos lleva a una impresión que demora cerca de una hora”, detalló el gerente Mazo.
En términos técnicos, Indumil señaló que el fusil presenta menor peso en sus tres versiones (peso con cargador lleno): 8 pulgadas, Indumil 3,4 kg / Galil ACE 3,5 kg; 13 pulgadas, Indumil 3,5 kg / Galil ACE 3,8 kg; 18 pulgadas, Indumil 3,6 kg / Galil ACE 4,4 kg. Entre las ventajas operativas se destacan la limpieza y mantenimiento simplificados por el diseño modular, resistencia superior a la corrosión y compatibilidad con riel Picatinny para accesorios.
Las autoridades aclararon que el calendario y la masificación del arma dependen de las pruebas operacionales, los informes técnicos y la disponibilidad presupuestal. Según el Ministerio, la transición sería gradual y sujeta a los resultados que entreguen las Fuerzas Militares y la Policía Nacional tras las pruebas en terreno previstas.
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