El lastre político que arrastra Barrancabermeja con sus alcaldes (V)

En este importante puerto petrolero, que alguna vez fue la capital obrera de Colombia, sus habitantes ya no saben en quién creer. La incredulidad y la desconfianza vienen tras años de alcaldías fallidas, nexos cuestionables y escándalos que no cesan.

Redacción Judicial
14 de febrero de 2018 - 04:57 p. m.
Darío Echeverri rechazó los cargos que le imputó la Fiscalía por, supuestamente, haber interferido en la revocatoria que buscaba terminar su mandato, la cual se hizo el año pasado. / Foto: Gustavo Torrijos
Darío Echeverri rechazó los cargos que le imputó la Fiscalía por, supuestamente, haber interferido en la revocatoria que buscaba terminar su mandato, la cual se hizo el año pasado. / Foto: Gustavo Torrijos

En 2011, en medio de un aire enrarecido, Barrancabermeja permitió que, por tercera vez, Elkin Bueno se quedara con la Alcaldía. Derrotó al eterno candidato de Horacio Serpa, el exdirector de la Cámara de Comercio Darío Echeverri. “Lo mismo de siempre. Pan y circo para los desfavorecidos y contratos”, comenta el periodista Alfredo Serrano. Cuando terminó Elkin Bueno su tercer mandato, ya se rumoraba en la ciudad que hasta ahí llegaba su cuerda.

Hace dos años, la Fiscalía hizo público lo que se rumoraba en las calles, sin que nadie lo asumiera para ratificarlo. Que Elkin Bueno Altahona también había recibido apoyo del Bloque Central Bolívar; y que había sido beneficiario de Julián Bolívar y Ernesto Báez. El ente investigador hizo pública la medida de aseguramiento en su contra, pero el personaje nunca fue capturado. Hace pocos meses, la Fiscalía informó que la medida había sido anulada.

Después de ser elegido por primera vez por el movimiento Fuerza Comunitaria y de quebrarle el espinazo al FILA a principios de los años 90; de repetir en 1997 por Convergencia Cívica Popular, ya convertido en cacique político de Barrancabermeja; o de ganar por tercera vez  con la plataforma de Cambio Radical y dejando tirado al Polo; Bueno Altahona ahora sigue en campaña apoyando a sus nuevos copartidarios.

En 2015, después de dos candidaturas fallidas, por fin ganó la alcaldía de Barrancabermeja Darío Echeverri Serrano. La primera vez perdió con Mario Evan en 1994 y la segunda con Elkin Bueno en 2011. Como reza el refrán, la tercera fue la vencida. Pero antes de lo pensado, sus opositores emprendieron un proceso para revocarlo. Y en el propósito de evitarlo, al parecer Echeverri incurrió en conductas que hoy lo tienen sindicado por la Fiscalía.

El pasado 6 de febrero fue capturado junto a su esposa Maryluz Núñez, el exconcejal John Moros, el secretario general de la Alcaldía, Diego Acosta, y el director del Instituto para el Fomento del Deporte, Cristian Juliao. Todos sindicados de los delitos de perturbación de certamen electoral, concierto para delinquir y corrupción al sufragante. Por hacer maniobras para boicotear el fallido intento de revocatoria de su mandato.

Nacido en Barrancabermeja, por más de 30 años inmerso en dilemas, avances y retrocesos de la ciudad, pero como parece ser el estigma de sus mandatarios, cruzado por las malas prácticas en la política. El síndrome de ocho alcaldes populares en 30 años, uno con tres polémicos mandatos, otro asesinado tras dejar el cargo, y otros por malos manejos o relaciones turbias, sin que todavía se sepa qué tanto siguen los ilegales maniobrando a la sombra.

Cuando se formula esa pregunta a reconocidos generadores de opinión en la ciudad, la respuesta es tan reservada como contundente: su influencia es innegable, tanto como desconocer que Ecopetrol o la USO han sido actores claves en la historia de este municipio. Nadie tiene como probarlo, pero la voz común es que el paramilitarismo se quedó para romper el ascendente de resistencia que hizo de Barrancabermeja la capital obrera de Colombia.

El dilema es que su gente ya no sabe a quién creer. Con una historia cruzada por todos los flagelos que casi llevan a la Colombia contemporánea al colapso, la capital petrolera vuelve a sentir la ausencia de líderes que le devuelvan su importancia, y de nuevo su primer mandatario responde ante la justicia. Entre tanto, en los barrios, haciendo memoria, se comenta que al menos, por fortuna, las horas en que el paramilitarismo mandaba sin esconderse ya pasaron.

 

Vea en la primera entrega de este tema los inicios de la problemática relación que ha tenido Barrancabermeja con sus mandatarios locales. 

Vea en la segunda entrega de este tema la historia de cómo el paramilitarismo empezó a hacer sombra en el puerto petrolero.

Vea en la tercera entrega de este tema cómo se fueron estrechando los lazos entre políticos y paramilitares en Barranca.

Vea en la cuarta entrega de este tema cómo ciertos sectores de Barranca empezaron a tratar de hacer contrapeso al monstruo paramilitar que se había tomado ya el municipio. 

Por Redacción Judicial

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