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Se podría decir que hay pocos lugares en el mundo que escapen a los microplásticos. Estos trozos de menos de cinco milímetros de longitud han sido encontrados desde el Monte Everest, la montaña más alta de la Tierra, pasando por todos los niveles de los océanos, incluyendo insectos de 1970.
Los humanos tampoco escapamos a estas diminutas partículas plásticas. Las han detectado, entre otras partes, en nuestro cerebro, los pulmones y la sangre. Ahora, científicos españoles aseguran haberlas identificado en los fluidos reproductivos humanos.
El estudio fue presentado este miércoles 2 de julio en la 41ª Reunión Anual de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE, por sus siglas en inglés) y pronto será publicada en la revista académica Human Reproduction.
Los investigadores, de la Universidad de Murcia y las clínicas de reproducción asistida Next Fertility, examinaron el líquido folicular de 29 mujeres y el líquido seminal de 22 hombres. Ambos líquidos desempeñan un papel fundamental en la concepción natural y la reproducción asistida.
Los microplásticos estaban presentes en el 69 % de las muestras de líquido folicular analizado, mientras que el porcentaje cayó a 55 % en las muestras de líquido seminal masculino.
Tanto en mujeres como en hombres, el politetrafluoroetileno (PTFE), más conocido como teflón, fue el polímero detectado con mayor frecuencia, presente en el 31 % de las muestras de las mujeres y en el 41 % de las muestras de los hombres. Otros polímeros, como el PP, el PET, el PA, el polietileno, el PU y el PS también estuvieron presentes en menor medida.
Emilio Gómez Sánchez, investigador principal y director del laboratorio de Next Fertility, aseguró que no les sorprendió encontrar microplásticos en los fluidos, ya que estudios anteriores los habían identificado en otros órganos del cuerpo. “Pero sí nos sorprendió lo comunes que eran: se encontraron en el 69% de las mujeres y en el 55% de los hombres que estudiamos”, agregó el científico.
Pese a la relevancia del hallazgo, los investigadores aseguran que aún es muy pronto para saber sobre sus riesgos potenciales en la fertilidad y la salud reproductiva.
“Es posible que perjudiquen la calidad de los óvulos o el esperma en humanos, pero aún no tenemos pruebas suficientes para confirmarlo”, advirtió Gómez, quien agregó que “lo que sabemos por estudios con animales es que en los tejidos donde se acumulan los microplásticos pueden inducir inflamación, formación de radicales libres, daños en el ADN, senescencia celular y alteraciones endocrinas”.
Mientras el equipo explora cómo ampliar su investigación, el investigador hizo un llamado a no alarmarse en este momento. “Los microplásticos son solo uno de los muchos elementos que pueden influir en la fertilidad. Sin embargo, es sensato considerar formas de reducir nuestra exposición a ellos”, concluyó.
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