Al gobierno de Gustavo Petro le llovieron críticas tras la firma del billonario contrato con la empresa sueca Saab para la renovación de su flota de aviones de combate por COP 16,5 billones. Supuestos sobrecostos, negociaciones reservadas, y hasta un presunto tráfico de influencias, que incluye a la primera dama, Verónica Alcocer, son algunos de los “peros” que han cogido fuerza durante las últimas semanas. Petro ha defendido la compra de los aviones Gripen. Ya pidió la publicación del contrato y ha dicho que Alcocer nada tuvo que ver en este negocio, tras la aparición de unas fotografías de ella en Suecia. Más allá del ruido y las especulaciones, el contrato que firmó Colombia para renovar su flotilla aérea es el resultado de unas extensas negociaciones que van mucho más allá del papel del gobierno actual.
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Primero fue el Acuerdo de Paz
No es una novedad que Saab haya sido la firma seleccionada para el cambio de los aviones de la Fuerza Aeroespacial. En realidad, la empresa desde hace varios años ha sido un potencial oferente para el cierre de ese negocio con Colombia, pues el reemplazo de los aviones israelíes Kfir ha sido prioridad de las últimas administraciones, Durante el gobierno de Juan Manuel Santos, se contempló por primera vez una oferta de la empresa Saab, quien desde ese momento apareció en el mapa de posibles contratistas. Sin embargo, el contexto político era otro: el Ejecutivo estaba en plena firma del proceso de paz con la antigua guerrilla de las Farc y a eso le puso toda su atención y presupuesto.
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Desde ese momento ya se escuchaban las quejas de uniformados por la antigüedad de los aviones Kfir y los constantes accidentes ya eran un problema reiterado. La primera vez que el nombre de los Gripen salió en conversaciones oficiales fue en 2013, cuando el entonces brigadier general, Carlos Eduardo Bueno, señaló que dentro de las ofertas de aviones se consideraron las aeronaves Lockheed Martin F-16 Fighting Falcon, de Estados Unidos; el Sukhoi Su-30 Flanker; el Dassault Rafale, de Francia; el Dassault Mirage 2000, así como el Saab JAS 39 Gripen, de fabricación sueca. Sin embargo, el ministerio de Hacienda negó la existencia de recursos para lograr el contrato. La firma sueca explicó en 2016 que el gobierno colombiano solicitó información, pero no se cerró el negocio.
Luego fue la pandemia en el gobierno Duque
La urgencia de renovar la flotilla fue un asunto que heredó el gobierno siguiente. A comienzos de la administración de Iván Duque (2018-2022), la compra de los aviones volvió a estar sobre la mesa y se evaluaron cuatro propuestas de empresas expertas en fabricación de aviones de combate que seguían interesadas en la venta, entre ellas, la firma sueca Saab. Para el entonces ministro de Defensa, Diego Molano, la compra de nuevas aeronaves era indispensable para la lucha contra el narcotráfico y la protección de la soberanía nacional. Sin embargo, la llegada de la pandemia del covid-19 en 2020 obligó a redirigir los fondos. Por eso, la negociación quedó frenada, pero ya con solo tres ofertas sobre la mesa: los aviones F-16 de Estados Unidos, los Rafale de Francia y los Gripen de Suecia.
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El coronel retirado de la Fuerza Aérea, Hedin Fernando Vargas, quien hizo parte del comité evaluador y lideró el proceso de contratación durante el gobierno Duque, señaló en una entrevista que una de las razones principales por las que no se cerró el negocio de los aviones tuvo que ver con que el proceso se dio sobre el final del mandato del expresidente, pero este dejó la estructuración para que el nuevo gobierno finiquitara la compra a través de un Consejo Nacional de Política Económica y Social (Conpes). En total, la administración pasada definió que, dentro de las políticas del Estado, debía priorizarse la renovación de los aviones y, en consecuencia, asignó USD 678 millones para lograrlo.
Sin embargo, ese Conpes se venció el 31 de diciembre de 2022 sin concretar el contrato. Desde ese momento, las ventajas del avión Gripen frente a los franceses y estadounidenses, ya eran notorios. Aunque se trata de una negociación que es reservada, por tratarse de un tema de seguridad nacional, fuentes cercanas al Ministerio de Defensa le explicaron a este diario que los suecos, no solo ofrecieron el mejor precio, sino que el “paquete” que adquirió Colombia tiene otros atributos. Por ejemplo, los Gripen pueden aterrizar y despegar en carreteras, es decir, no es necesario construir nuevas pistas y el mantenimiento, apoyo logístico y el entrenamiento está garantizado, al menos hasta 2032, entre otras cosas.
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Gobierno de Gustavo Petro
Cuando llegó Gustavo Petro a la Presidencia, las propuestas de los suecos, franceses y estadounidenses ya estaban sobre la mesa. Incluso, en diciembre de 2022, el propio presidente señaló públicamente que los aviones franceses serían los sucesores de los Kfir. Un guiño que muchos interpretaron se debía a los vínculos que el jefe de Estado tiene con Francia, en donde estudió y vivió. Quienes participaron en esos acercamientos, señalaron a El Espectador que, aunque la aeronave Rafale es una de las mejor calificadas a nivel mundial, sus precios eran muy altos. Además, explicaron que Colombia solo podía comprometerse a una compra inicial mínima que no resultaba rentable para la empresa.
Desde ese punto muerto, el Gripen empezó a perfilarse como la opción favorita. Por su parte, si bien el F-16 es el avión más vendido en el mundo, está sujeto a amplias restricciones del gobierno de Estados Unidos y ofrece una limitada transferencia tecnológica. Este aspecto fue decisivo. El Gobierno argumentó que la propuesta sueca ofrecía el mejor retorno para el país: alrededor de COP 1,6 billones en compensaciones industriales y tecnológicas. Además, dentro de los compromisos que ofrecieron desde Suecia, incluyeron desarrollar la industria aeronáutica, fortalecer la ciberseguridad y financiar un programa de plantas desalinizadoras para llevar agua potable a comunidades de La Guajira.
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Aún cuando las ofertas de los aviones estadounidenses y franceses seguían en la mesa, el mandatario anunció la elección por Saab desde el pasado 2 de abril. Su precio y sus ventajas decantó al gobierno. El aviso a favor de los Gripen se dio tras una reunión en la Casa de Nariño con la embajadora de Suecia, Helena Storm, y el CEO de Saab, Micael Johanson. Dos años y nueve meses después de su llegada, el gobierno Petro firmó el nuevo Conpes que enrutó de nuevo la compra de los aviones. El documento se expidió junto con el Decreto 1001 de 2025, el pasado 18 de septiembre, y fijó la hoja de ruta financiera y técnica para concretar la adquisición de la nueva flota de combate. Y el pasado 14 de noviembre, las firmas de los representantes colombianos y suecos quedó plasmada en el contrato.
Con el cierre del contrato, que puso fin a un proceso que atravesó tres gobiernos y tomó cerca de 15 años, los primeros aviones Gripen llegarán a Colombia en 2028. Con su firma, empezaron las polémicas. El pasado 19 de noviembre, la Contraloría le pidió al ministro de Defensa, Pedro Sánchez, explicar la compra de las 17 aeronaves y conocer los soportes de las otras alternativas. La vigilancia surgió tras el impacto fiscal del negocio y las dudas sobre la trazabilidad de la decisión. Además, por tratarse de tiempos preelectorales, quienes conocer este tipo de negociaciones explicaron que también hay una fuerte campaña por sacar réditos políticos y, por eso, hay versiones como las de la supuesta participación de la primera dama.
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Las dudas sobre los aviones Gripen para el tipo de guerra en Colombia
Más allá del costo de los aviones suecos, expertos en seguridad cuestionaron si estas aeronaves responden realmente a las necesidades urgentes de defensa del país. Vladimir Rodríguez, exdirector de una entidad adscrita al Ministerio de Defensa, sostuvo que Colombia mantiene “un montón de incapacidades y de falencias para mover las tropas entre los diferentes departamentos y regiones de combate”. A su juicio, antes de invertir en aviones de superioridad aérea, el Estado “podría actualizar sus capacidades de ciberinteligencia, ciberdefensa, capacidades de operaciones tácticas estratégicas y el fortalecimiento de la industria militar propia. Estamos comprando cosas para otra guerra”.
Rodríguez agregó que los Gripen “no son tan eficientes para el tipo de conflicto que tenemos en Colombia”, definido por la movilidad y el carácter irregular de grupos armados como el Clan del Golfo, el Eln, o las disidencias de las Farc, además de que el terreno en donde se esconden está aislado muchas veces entre selvas y montañas. Explicó que el país requiere “capacidad de drones y sistemas tácticos no tripulados” que puedan alcanzar objetivos móviles en zonas selváticas. “Un avión como el Gripen no tiene esa capacidad. Vuela tan rápido que no le pegas al objetivo en un caserío o tiene un nivel de inexactitud brutal. Son aviones de combate. Nosotros no tenemos una guerra de movimientos ni una guerra de posiciones. Nosotros tenemos guerra de guerrillas”, afirmó el experto.
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No obstante, fuentes cercanas al proceso de contratación y a las capacidades del avión sueco le insistieron a este diario en que el Gripen es la mejor adquisición que pudo haber hecho Colombia para renovar su flotilla y proteger su soberanía en el aire. Con el ruido sobre la primera dama en Suecia y los supuestos sobrecostos del contrato, en el aire quedó un tema que no es menor. Luego de la inclusión del presidente Petro, su esposa y el ministerio del interior, Armando Benedetti en la Lista Clinton, Estados Unidos podría bloquear una exportación clave para los aviones, pues aunque son ensamblados en Suecia, su motor es producido por General Motors en territorio norteamericano.
Quienes conocen la filigrana con la que trabajan los ingenieros y empresarios suecos, aseguran que no hay ninguna restricción para que los motores lleguen a Suecia y Saab cumpla con el cronograma de entrega. Sin embargo, en el terreno de la política y ante una relación tan crispada como la que mantienen los presidentes Gustavo Petro y Donald Trump, todo podría cambiar, incluso, con un solo trino. Por el momento, el contrato ya empezó su marcha y fuentes cercanas a la empresa Saab le aseguraron a este diario que están listos para entregarle toda la información a las autoridades.
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