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El transporte intermunicipal se prepara. Del 13 al 20 de abril, las estaciones de buses no solo olerán a caucho recalentado y café recargado. Olerán también a propósito: a reencuentros familiares, creencias, a escapadas con sabor a bocadillo veleño o a sancocho de leña.
Más de 3,6 millones de personas viajarán por las carreteras del país durante esta Semana Santa, una cifra que sube 3 % frente al año anterior, según la Asociación para el Desarrollo Integral del Transporte Terrestre Intermunicipal (Aditt).
Pero moverse en Colombia, sobre todo en temporada alta, no es solo cuestión de trancones, fe o vacaciones. Es, también, una cuestión de costos. Y esos sí que han crecido. Aunque los buses seguirán saliendo, uno tras otro, desde las 51 terminales habilitadas (con más de 320.000 despachos programados), cada kilómetro recorrido cuesta más.
La suma de todos estos factores compone un retrato fiel de por qué viajar en Semana Santa se ha vuelto más caro, incluso si el tiquete aún no ha subido en la taquilla. El transporte legal y formal, de fondo, carga con todos estos costos. Y por eso, advierte José Yesid Rodríguez, presidente de Aditt, resulta esencial elegir el “transporte autorizado”, no solo por seguridad, sino por sostenibilidad del sector.
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“Hacemos un llamado a las autoridades nacionales y locales para reforzar el control contra el transporte ilegal”, dijo el dirigente gremial. “Invitamos a los pasajeros a comprar sus tiquetes con anticipación en las terminales de transporte autorizadas”.
Viajar hoy en transporte intermunicipal es más caro que hace un año. El aumento no es anecdótico: el Índice de Costos del Transporte Intermunicipal de Pasajeros (ICTIP), medido por el DANE, mostró una variación anual del 8,7 % en el último trimestre de 2024. Esto, en otras palabras, significa que moverse por carretera es casi 9 % más costoso que hace un año, y eso se refleja en el precio de los pasajes que pagan los usuarios.
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- Peajes y uso de terminales: subieron 15,06 % en el último año. Los peajes por sí solos aumentaron 19,49 %.
- Combustibles: aumentaron 11,71 %. A pesar de las promesas de estabilización con las promesas con los gremios transportadores tras el paro de septiembre pasado, llenar el tanque sigue siendo un ejercicio de resistencia financiera.
- Mano de obra: los salarios de conductores y ayudantes subieron 11,85 %.
- Costos fijos y repuestos: crecieron menos, pero no fueron irrelevantes. Las partes, piezas y servicios de mantenimiento subieron 1,44 %. Los insumos generales, curiosamente, no variaron.
Las regiones más demandadas ya están identificadas. La Costa Atlántica, Medellín, el Eje Cafetero y los Santanderes se perfilan como los destinos más concurridos. A ellos se suman los epicentros del turismo de cada año: Popayán y Buga.
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En cuanto a visitantes internacionales, Migración Colombia proyecta la llegada de 300.162 visitantes no residentes, un aumento de 8,8 % frente a la cifra del año pasado. Bogotá (38 %), Medellín (21 %) y Cartagena (20 %), son las ciudades favoritas para los viajeros internacionales.
Para enfrentar la avalancha de viajeros, el sector movilizó una flota de más de 40.000 vehículos, a los que se suman 5.000 buses de servicio especial contratados por convenios.
En Colombia, donde el transporte terrestre es la espina dorsal del turismo nacional y la única alternativa real para millones de personas sin acceso a avión, la decisión de montarse a un bus sí importa.
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