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Es miércoles, día de El Espectador le explica. ¿Qué es lo que está pasando con la relación bilateral Colombia - Estados Unidos desde que llegaron los actuales mandatarios? ¿Cuáles fueron las acusaciones que lanzó el presidente Gustavo Petro en contra del Secretario de Estado de ese país, Marco Rubio, que desencadenaron una crisis diplomática? ¿Por qué el mismo Petro luego se echó para atrás tratando de bajar la tensión? ¿Qué sucedió con el señor John McNamara, el encargado de negocios de EE. UU., en Colombia? ¿Por qué el embajador Daniel García-Peña fue llamado a consultas a Bogotá? ¿Cómo aparece en todo este embrollo el excanciller Álvaro Leyva? ¿Y por qué la que fuera mano derecha del presidente colombiano, Laura Sarabia, dejó su cargo en medio de esta tormenta? ¿Qué está en juego y por qué hay tantas banderas rojas arriba? Una semana después, aunque la marea ya bajó y las aguas parecen estar calmadas, no hay que olvidar que cuando el río suena, piedras lleva.
La realidad es que este asunto tiene mucho de largo y de ancho, y por eso le pedimos todos los contenidos que han publicado los colegas de Política, Mundo y Economía al respecto, para tratar de entender la situación y construir este boletín de resumen, pues esta es una relación con más de 200 años de historia con evidentes angustias en los empresarios nacionales que advierten que ese es el principal socio comercial, ahora en riesgo; que se avista una posible desertificación en la lucha contra las drogas, y, además, se confirmó este martes un anuncio que la economía globalizada estaba esperando de manos del mismo presidente Donald Trump, quien aseguró que los nuevos aranceles empezarán a regir el próximo 1 de agosto, obligando a los países que ponen sus productos en sus supermercados a pagar un peaje más alto de entrada y, de paso, haciéndole entender a los empresarios que si toman la decisión de fabricar en ese país, no tendrán que pagar dichos aranceles, cumpliendo con sus promesas de campaña. Ahora sí, comencemos recordando algunos hechos que ya hemos contado.
Estos han sido los grandes choques entre Petro y la Casa Blanca
Por ejemplo, dejamos este completo documento que publicamos el 5 de febrero de 2025 cuando explicábamos qué había pasado, en firme, desde que Trump había llegado por segunda vez a la Casa Blanca: “Migración, guerra comercial con aranceles de por medio, congelamiento de la cooperación internacional” eran las promesas de campaña que se fueron convirtiendo en órdenes concretas y en ejecución. Luego, el 9 de abril, publicamos este otro completo boletín sobre la llamada guerra de aranceles, pues China le había dado respuesta a EE. UU:, la Unión Europea también y hasta Colombia había entrado en la escena pública. En ese instante recordamos el encontronazo entre Donald Trump y Gustavo Petro, provocada por el tema de deportaciones, pero que fue escalando a temas comerciales y se llegó a contemplar aranceles del 25 % (incluso se habló hasta del 50 %). Contamos luego cómo, gracias al trabajo diplomático, se calmó la situación, pero la herida había quedado abierta.
Y para el 16 de abril publicamos el desarrollo de dicha guerra arancelaria, donde ya se advertían aumentos del 145% entre EE. UU. y China, mientras y el resto del mundo, expectante y en estado de tensión, esperaba con angustia el desarrollo de esta pelea de titanes, a la que se sumó la Unión Europea. Resulta que entre los tres está el 60 % del comercio global. En esos casos lo único que pueden hacer los pequeños peces -países como Colombia- es ser testigos de lo que deciden los grandes de la pecera. Ni más, ni menos, sobre todo en medio de una economía conectada y globalizada, donde ya nos hemos acostumbrado como consumidores a comparar productos y, gracias las cadenas logísticas internacionales, comprar un producto que puede estar al otro lado del mundo pero que tras un par de semanas llegará a la puerta de la casa.
Por eso estos cuatro contenidos que dejamos a continuación nos acercaron un poco a la situación para todos los ciudadanos de a pie, incluido un texto escrito por José Antonio Ocampo, exministro de Hacienda y profesor de la Escuela de Asuntos Internacionales y Públicos de la Universidad de Columbia, razón por la cual se los recomendamos de entrada:
Economía
El rompecabezas de los aranceles: puntos que Colombia podría negociar con EE. UU.
Economía
La guerra comercial generada por los aranceles de Estados Unidos
Economía
Conviviendo con los aranceles: ¿qué productos colombianos saldrán mejor librados?
Economía
Aranceles de Trump: ¿qué tarifas están vigentes y qué pasará este 9 de julio?
Pero muchos sucesos van pasando en el mundo y no toda la discusión mundial se quedaba en impuestos, aranceles y señalamientos de políticos en redes sociales. Vinieron ataques a instalaciones nucleares, el mundo entero pasó a la angustia de una guerra con Irán con protagonista y fuimos testigos de declaraciones de venganza que le dieron la vuelta el mundo. Paradójicamente mientras la atención estaba en esa realidad, el ambiente político entre Bogotá y Washington, que viajaba a otro ritmo, parecía ir tomando el cauce gracias a la labor de la diplomacia bajando la temperatura de la gobernanza por redes sociales.
Para la mitad del año las relaciones entre Colombia y Estados Unidos parecían viajar en lancha rápida, pero con la tormenta, sonando al fondo, siempre amenazante en mar abierto, como muy bien lo advertían los empresarios que no solo gestionan importaciones y exportaciones sino también de traslado de recursos a los dos países para construir empresa transfronteriza. ¿Qué hacer si entre los dos países hay relaciones de cooperación, de negocios, de inversión, de educación, de oportunidades laborales y más construidas durante décadas? La respuesta siempre estaba en la diplomacia. La buena nueva era entonces, para no dar tantas vueltas, fue la que supimos el 29 de junio, cuando “en Cartagena se encontraron el encargado de Negocios de la administración de Donald Trump, John McNamara, y siete legisladores estadounidenses, junto con el viceministro de Asuntos Multilaterales, Mauricio Jaramillo, y el embajador de Colombia en Estados Unidos, Daniel García-Peña”. La redacción política nos contaba que “se trataron temas relacionados con la migración y el mantenimiento de la relación en medio de las diferencias entre los presidentes Gustavo Petro y Donald Trump”. Precisamente García-Peña hizo énfasis en mantener “el diálogo permanente” entre los dos países.
Todo parecía ir viento en popa, pero fue ese mismo fin de semana cuando, paradójicamente mientras Petro estaba de agenda en Europa y con una cena con los reyes España, el diario El País reveló unos audios en donde se escuchaba a Álvaro Leyva, excanciller de Petro, hablando de un supuesto plan para derrocar al presidente Petro. El mismo Petro pidió que se investigara a fondo. Como allí se mencionaba, entre otros, a la vicepresidenta Francia Márquez, ella también se pronunció: “Le he pedido a la Fiscal General de la Nación que se investigue a profundidad los hechos”, dijo.
En julio se soltó la tormenta, pues recordaron una intervención pública de Gustavo Petro, del 11 de junio, cuando hablaba de la reforma laboral, en el marco de la revelación de El País y las grabaciones de Álvaro Leyva. “Dice un presidente vecino que Marco Rubio está organizando un golpe de Estado contra mí (...) Le hice escuchar una grabación a la Fiscal, en la que un dirigente de la extrema derecha en Colombia, aliado con el narcotráfico, está promoviendo, junto con fuerzas gremiales y contactos en EE. UU., un intento de golpe de Estado en el país”, fueron las palabras de Gustavo Petro. La transmisión, emitida por la Presidencia de la República, aparece en este enlace de la Radio Nacional de Colombia.
Lo que vino en los primeros días de julio fue, efectivamente, una crisis que no parecía tener precedente en los años cercanos:
Mundo
Estalló otra crisis entre Trump y Petro: EE. UU. ordenó regreso de su embajador (e)
Política
Petro responde a Trump y también llama a consultas a su embajador en Estados Unidos
Mundo
“Después no se quejen”: republicanos responden a pedidos de investigación desde Colombia
Política
Petro intenta bajar el tono tras choque con Trump: “Marco Rubio no está en eso”
¿Qué fue lo que pasó? Así nos los contaron los colegas de la redacción Mundo: “El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, llamó a consultas a John T. McNamara, encargado de negocios en la Embajada de Estados Unidos en Colombia. La decisión se justificó bajo el argumento de “declaraciones infundadas y reprochables provenientes de los más altos niveles del Gobierno de Colombia”. Es la primera vez que se toma una decisión así”.
“Todas mi cartas y comunicaciones al presidente Trump las he escrito personalmente y este comunicado igualmente, lo hago desde mi pensamiento y mis manos. Corresponsablemente a la llamada a consultas del señor McNamara, encargado de la embajada de EE.UU. en Colombia, llamo a consultas a nuestro embajador Daniel García-Peña en los EE. UU.”, respondió Petro, contaban los colegas de la redacción Política.
Y mientras eso pasada, un enfrentamiento público entre el ahora jefe de gabinete de Gustavo Petro, el señor Alfredo Saade; y la Canciller, Laura Sarabia, por el tema pasaportes y la firma Thomas Greg se llevaba todas las miradas. Acusó a la Cancillería, precisamente en cabeza de Sarabia, de intentar “perpetuar la contratación” con ese proveedor “sin abrir la competencia”, por lo que él había preparado una salida real para asumir la producción de libretas de identificación desde el próximo 1 de septiembre. “En las próximas horas estaremos firmando con Portugal”, anunció sobre el contrato por un valor de $3.2 billones que iría hasta el 2035. Laura Sarabia dijo públicamente que se estaban tomando decisiones que no compartía y, por ello, presentaba su carta de renuncia. Petro le dio la palmada en la espalda a Saade y le abrió la puerta de par en par a Sarabia, hasta ese momento su más cercana ficha en el gobierno y quien había salido librada de otras tormentas no solo políticas sino judiciales, como la investigación que tiene abierta por parte de la niñera que trabajaba en su casa.
La misma Sarabia, que todavía no entregaba su cargo pues estaba inaugurando una nueva embajada en Praga en uno de sus últimos actos como Canciller, se refería a la tensa coyuntura con EE. UU.: “Debemos seguir apostándole a una relación cercana”. La situación no pintaba nada bien, tanto que el mismo Petro durante la posesión del nuevo magistrado de la Corte Constitucional, Héctor Carvajal, volvió a hablar del tema, pero bajándole el tono: “No creo que Marco Rubio esté en un golpe de Estado contra Petro, porque los señores de la extrema derecha que están en eso no llegaron a la oficina de Marco Rubio”, aseguró. Y agregó que no considera que Estados Unidos “se ponga a pendejear con un golpe de Estado en la gran Colombia sabiendo que, si se pierde la gran Colombia, pierden toda la América del Sur, Central y del Caribe”.
Y, como si la suerte también estuviera presente, “la peor crisis que enfrentan Bogotá y Washington en 203 años de relaciones bilaterales entró en una pausa obligada este viernes 4 de julio por cuenta de la conmemoración del Día de la Independencia en Estados Unidos. Esta festividad permitió que el presidente Gustavo Petro pidiera análisis de todos los escenarios que pueden desencadenarse”, escribieron en este texto los reporteros que siguen la agenda del mandatario. Vino el fin de semana y aunque se esperaban más y más señalamientos, el silencio esta vez primó, mientras los diplomáticos de los dos países trataban de maniobrar la realidad:
Política
Estas son las fichas con las que Colombia intenta apagar crisis con EE. UU.
Política
Renuncia de Sarabia sacudió a Cancillería en medio de crisis con EE. UU. y pasaportes
Política
Estos son los secretos de una frenética semana que dejaron a Petro en guardia
Política
Esta es la carta con la que Petro quiso bajarle el tono a la puja con Trump
Más allá de los dedos acusadores y de los señalamientos, vayamos a los datos concretos y reales. ¿Por qué es tan importante la relación entre Colombia y EE. UU.? Veamos el tema comercial. Esto nos explicaba Santiago La Rotta: “Estados Unidos es el principal destino de las exportaciones colombianas. Tan sólo en los últimos 10 años, este país ha tenido una participación en las ventas internacionales de Colombia que no ha bajado de 25 % año a año, llegando a un pico de 32 % en 2016 y a su punto más bajo en 2018, con 25,47 %, según datos del Ministerio de Comercio. En importaciones, el panorama es similar y, a la vez, diferente: Estados Unidos sigue siendo el principal destino de las compras internacionales de Colombia, con 25,5 % entre enero y octubre de 2024. Pero, según el DANE, en la lista le sigue China muy de cerca, con 24,5 %”. Y con datos más cercanos: “Entre enero y noviembre del año pasado (el periodo de análisis más reciente) las exportaciones llegaron a US$13.000 millones, con un crecimiento anual de 7,6 %, de acuerdo con cifras de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex)”.
Y nos soltó otros datos que van más allá de comprar y vender: “La relación comercial se extiende a terrenos como turismo e inversión, entre otros asuntos. Según cifras de Amcham, 29 % de los turistas del país provienen de EE.UU. En inversión se habla de 42 % proveniente de ese país y en cooperación son unos US$740 millones anuales. Desde el lado de las remesas, el porcentaje de participación de Estados Unidos crece a 50 %, de acuerdo con cifras de Investigaciones Económicas de Corficolombiana”. A eso hay que sumarle todo lo que tiene que ve con los recursos destinados a la lucha contra la droga y los programas humanitarios, que es lo que tiene que ver con la llamada certificación, y que se sabrá si Colombia pasa el examen o no el próximo septiembre.
¿Qué productos son los que más se venden a EE. UU. y resultarían afectados por cualquier tipo de afectación en la relación bilateral? Los vemos en la siguiente tabla:
Colombia, a su vez, ocupa el puesto 25 entre los principales proveedores de bienes y servicios a EE. UU., lejos de gigantes como México, China o Alemania, pero con una canasta de productos diversificada y constante”.
Y otros datos que no hay que dejar por fuera si se trata de analizar la relación bilateral y el por qué resulta tan importante EE. UU.: “La inversión es la base del crecimiento. En 2024, la inversión de EE.UU. en Colombia alcanzó US$5.508,3 millones, un alza de 1,1% pese a la incertidumbre. Representa el 39% del total, demostrando confianza en el país. Sin embargo, los flujos generales cayeron 15,2%. Para atraer más inversión, Colombia debe consolidarse como un destino confiable y competitivo. La incertidumbre global y local exige acciones claras que refuercen la seguridad para inversionistas y una diplomacia empresarial que potencie nuestra relación con Estados Unidos”, dijo María Claudia Lacouture, presidenta de la Cámara Colombo Americana, AmCham Colombia.
Choque de versiones de Colombia y EE. UU. sobre la carta de Petro; esto dijeron
Después de analizar toda esta realidad, se supo de una carta que el presidente colombiano había enviado a Trump, pero el asunto es que se había enviado antes de que estallará esta nueva crisis diplomática. Fue enviada el pasado 23 de junio, y se leen apartes como: “No tenía la intención de señalar a nadie de manera personal ni de cuestionar sin fundamentos el papel de los Estados Unidos”, escribió Petro. “Mi preocupación ha sido siempre advertir sobre dinámicas de desestabilización que afectan a nuestra región, muchas veces impulsadas desde espacios diversos y con intereses cruzados. En ese contexto, reconozco que es posible que algunas de mis palabras hayan sido percibidas como innecesariamente duras. En aras del diálogo, quiero decir que mi intención no es cerrar puertas, sino abrir caminos para una conversación honesta y respetuosa entre nuestros países”. Y, al cierre, se leía su propuesta de convocar a una cumbre entre EE. UU. y la CELAC como una forma de pasar la página de los malentendidos y abordar temas como la crisis climática, la migración y la violencia trasnacional: “Este no es un llamado a la confrontación, sino a la responsabilidad compartida”, justo antes de firmar. La imagen de la carta aparece en este enlace.
Y este 8 de julio, cuando el debate nacional estaba centrado en el contrato de los pasaportes, los desentendidos entre Alfredo Saade, jefe de gabinete, y la saliente Canciller, Laura Sarabia, se mantenían, se sabía también que Rosa Villavicencio será la nueva canciller encargada del gobierno Petro. Tiene un reto, de muchos, al frente, no solo el de mirar con lupa cómo mejorar la relación con EE. UU., pues resulta que “dentro de 56 días, el próximo 1 de septiembre, finalizará el contrato con Thomas Greg & Sons para la expedición de pasaportes y debería empezar la etapa de transición. En esta, la Imprenta Nacional de Colombia acompañada por la Casa de la Moneda de Portugal pasaría a encargarse del proceso. Sin embargo, y como lo ha admitido el mismo Gobierno Nacional, ese contrato no está listo”.
Y ya, con este panorama, cuando la marea había bajado y se lograba un poco espacio para ver qué dejaba la borrasca, también había tiempo para los análisis, más señalamientos y, por fin, las buenas nuevas:
Mundo
Uribismo, petrismo y trumpismo: un péndulo ideológico que daña la diplomacia
Política
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Así le pidió Sarabia a Procuraduría vigilar la polémica contratación de pasaportes
Política
Embajador colombiano regresó a EE. UU. tras impasse diplomático entre Petro y Trump
Las buenas nuevas, después de hacerse la tarea diplomática que se basa en el diálogo, se conocieron al final del día 8 de julio. Por un lado, se supo que McNamara, embajador (e) de EE. UU. en Colombia, estaba de regreso en el país y llegaría a participar de la Feria Aeronáutica y Espacial en Antioquia. Y el diplomático colombiano, Daniel García-Peña, volvió a Washington, no sin antes reiterar el mensaje de que ni el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, ni el gobierno de Donald Trump, han participado en intento alguno para desestabilizar la administración colombiana o en la organización de un golpe de Estado. Dijo que siguen en conversaciones para que no le apliquen los aranceles del 10 % a los productos colombianos desde el próximo 1 de agosto, pues esa fue la fecha que entregó Trump justo esta misma semana, cuando se creía que la fecha límite era justo hoy 9 de julio: “Los aranceles comenzarán a pagarse el 1 de agosto de 2025. No ha habido ningún cambio en esa fecha, ni lo habrá. En otras palabras, todo el dinero será exigible y pagadero a partir del 1 de agosto de 2025. No se concederán prórrogas. ¡Gracias por su atención a este asunto!”, informó el presidente de Estados Unidos.
Este miércoles 9 de julio, mientras se conocía el decreto que había firmado Petro y en donde se oficializaba la salida de Sarabia y encargaba a Villavicencio como Canciller, desde Antioquia McNamara transmitió un mensaje contundente: “La retórica y acciones de los más altos niveles del gobierno colombiano ponen en riesgo la relación histórica, cercana y mutuamente beneficiosa entre nuestros dos países”. Dijo que desde el gobierno Trump seguirán trabajando por “frenar la migración ilegal, abordar los múltiples temas pendientes en nuestra relación comercial, contrarrestar el flujo de narcóticos hacia nuestras fronteras, llevar a los narcotraficantes ante la justicia y fortalecer la seguridad en toda la región”.
Además, quedó claro que “a pesar de las diferencias en nuestras políticas actuales, Colombia sigue siendo un socio estratégico esencial en América Latina. Nuestro objetivo es fomentar una relación más positiva en el futuro y continuar trabajando para que estadounidenses y colombianos estén más seguros, protegidos y sean más prósperos”, se lee en un comunicado de prensa publicado en redes sociales. Al final, también es directo en lo que esperan y buscan, pues dice que hay una “tendencia negativa” entre ambos países, que su interés está en mantener y fortalecer la relación bilateral, pero se necesita que el gobierno colombiano sea un ente “fuerte y colaborativo”.
El diplomático dijo que espera reunirse con representantes de la administración Petro para presentar unos pasos concretos que son exigidos por el gobierno Trump que logre cambiar precisamente dicha “tendencia negativa”. El embajador de Colombia en EE. UU., García Peña, también dijo que desde su despacho se está trabajando para presentar una agenda de trabajo para enfocarse en problemas urgentes como la erradicación de cultivos ilícitos, el crimen organizado trasnacional y las deportaciones de colombianos, motivo del primer encontronazo entre Petro y Trump a comienzo de este año.
Ahora mismo se esperan esas reuniones tanto de McNamara con el gobierno Petro como de García-Peña con el de EE. UU., esperando que se pongan de acuerdo en la misma hoja de ruta. Está claro que de lado y lado se está buscando limar todas las asperezas posibles y la prueba de ello es que ya retomaron labores los dos representantes de cada país en su tarea diplomática. Como siempre, los ciudadanos de a pie esperamos que los líderes y lideresas que ostentan estas responsabilidades sepan tomar las mejores decisiones posibles para beneficio de la mayoría y no de unos pocos, pues lo que menos se busca es un tema de restricciones en las oportunidades educativas, laborales, de cooperación, de emprendimiento, de comercio, de turismo, pero también a gran escala en la lucha conjunta en contra de esos históricos problemas que no solo nos afectan a los que estamos a este lado del continente: la droga, el narcotráfico, la desigualdad y la pobreza.
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