“Entendimos que padecemos la política o la hacemos”: líder juventudes Dignidad

Las zonas fuertes en la campaña de Dignidad fueron Cundinamarca, Antioquia, Santander, Bolívar, Atlántico y Bogotá. / Cortesía

En octubre de 2020, el MOIR y otros movimientos salieron del Polo Democrático para formar tolda aparte. Más de un año después son uno de los partidos alternativos con más candidatos a los Consejos de Juventud (CJ), superando a la colectividad de la que salieron. Davy Mejía, coordinador de la campaña, dio cuenta del proceso y de cómo se posicionaron en poco tiempo.

Dignidad es un partido relativamente nuevo, a pesar de la trayectoria como el MOIR. ¿Cómo ha sido la recepción desde los jóvenes para los Consejos de Juventud?

Estas elecciones no se convocaban hace 10 años, y hace parte de una mayor necesidad de escenarios de participación democrática por parte de los jóvenes. En este sentido los jóvenes sentimos que con el paro nos ganamos un papel en la historia de Colombia para liderar el cambio. En ese marco, las más de 1.000 candidaturas y 200 listas que tenemos en el país han recibido una recepción positiva debido a los ejes programáticos que hemos propuesto desde jóvenes con Dignidad, que fundamentalmente responde los problemas estructurales de los jóvenes en el país.

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¿Cómo ha sido el involucramiento en estas elecciones de las estructuras de Dignidad cuando apenas están comenzando como partido?

Dignidad es un partido en construcción, apenas tuvimos la personería este año, pero creo que mucho del proceso de inscripción ya se dio señales de la robusta capacidad organizativa que tenemos para atender ese llamado de la juventud colombiana para estar en los consejos de juventud. No solo fuimos de los partidos del campo alternativo que mayores inscripciones tuvimos en el país, sino que el marco de la campaña electoral hemos copado las calles pasando de la indignación a la acción. Hemos llegado a los salones, a los parques y otros espacios de la juventud para dar a conocer nuestros ejes programáticos para tratar los problemas de los jóvenes. Inicialmente lo llevaremos a los Consejos de Juventud pero después será algo de largo aliento.

Desde el Polo Joven hablan de complicaciones por la salida del MOIR, ¿cómo les fue a ustedes en el otro lado de la historia?

Nosotros en el marco de esa salida amistosa del Polo, no solo se fue el MOIR sino otros sectores que estábamos allí y decidimos partir camino por diferencias de fondo y de forma. Sin duda alguna en la campaña de Consejos de Juventud hemos entendido que no es un trabajo de un solo sector sino de varios. Hemos construido un gran equipo basado en el estilo, el rigor en la práctica política y la organización. Hemos copado el desarrollo de la campaña y hemos sentido la cercanía de la gente a nuestras ideas.

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¿Cómo explican que hayan sacado más listas que el partido del que venían?

No sé cómo la juventud del Polo desarrolló su campaña. Pero nuestros planteamientos son los que hicieron que más jóvenes se unieran a nuestras listas. El programa que planteamos en Dignidad es atractivo para toda la población colombiana. La propuesta programática atienda gran parte del llamado de la juventud y las poblaciones diversas. Además está el talante de nuestros voluntarios, que son pujantes, valerosos y abnegados. Entienden el trabajo político como un servicio público que es 24/7 con las tareas propias de estas elecciones.

¿Cómo ha sido la articulación de este proceso electoral a nivel nacional?

Creo que inicialmente podemos precisar dos momentos de nuestra campaña. El primero fue un ejercicio riguroso de diagnóstico para identificar los problemas fundamentales de la sociedad. Por ejemplo, por qué uno de cada tres jóvenes no estudia ni trabaja o por qué Colombia es el tercer país más desigual del mundo, por qué de 100 niños que entran a la primaria solo 44 salen bachiller, luego solo 22 entran a la educación superior y al final solo 11 se gradúan. También el deficit en la educación pública o la importación de productos agropecuarios que podíamos producir. Esa primera etapa fue de diagnóstico de la crisis nacional para construir un programa de 18 páginas. Luego hicimos una estructura de trabajo con varias comisiones -estratégica, de finanzas y de comunicaciones- para que todos los candidatos tuvieran un apoyo para recoger y realizar las tareas de campaña.

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Esas problemática que menciona son importantes, ¿pero los Consejos de Juventud pueden entrar a trabajar sobre esa agenda que proponen?

Por supuesto. Los Consejos de Juventud no solo son un espacio de articulación para influencia de la toma de decisiones públicas por parte de los entes territoriales y denunciar las dificultades que los jóvenes tienen en las localidades y municipios. A estoy hay que darle una perspectiva nacional y ese es el elemento diferenciador de Dignidad. Es imposible cambiar a un país desde un pésimo modelo, por eso aprovechamos estos escenarios para participar y elevar el nivel del debate político de la juventud y de la sociedad general para dar las peleas democráticas que se necesitan. Porque, por ejemplo, es imposible mejorar la calidad de los colegios sin entrar a modificar el sistema general de participaciones. Asimismo es imposible atender la calidad de la educación sin la adecuada financiación pública. Como estos, son varios los asuntos en los que se depende de la dirección nacional para que la dirección municipal tenga recursos. Porque en últimas, el amor en política hacia los jóvenes se expresa vía presupuesto y últimamente, el Gobierno, sobre todo el de Duque, ha actuado en contra de los intereses de la juventud.

Las propuestas han sido de acuerdo a las necesidades del municipio de la lista, ¿pero hay un eje central que compartan los candidatos de Dignidad?

Claro, como indicaba, hubo ejercicio de construir un programa nacional con 8 ejes temáticos para identificar los problemas de la juventud. Y luego en el marco de esa situación nacional lo complementamos con el panorama local y agregamos propuestas específicas.

¿Cuáles son las zonas más fuertes para ustedes en esta elección?

Un poco en el marco del desarrollo propio de la inscripción hay zonas que son más fuertes por distintos factores. Podríamos hablar de que en Cundinamarca, Antioquia, Santander, Bolívar, Atlántico y Bogotá hay una robusta participación de listas. Hay un carácter muy cualificado de candidatos allí. En general en toda Colombia son muy buenas, pero en términos cualitativos, quizá esas zonas es donde tenemos mejores chances para ganar los espacios de vocería, influir y elevar la conversación política.

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Hay partidos que dicen que les fue imposible inscribir a tantas personas por motivos geográficos y requisitos, ¿tuvieron esas mismas dificultades?

Resaltando el hecho de que somos un partido nuevo, estamos muy contentos porque en el corto periodo de existencia hicimos un esfuerzo descomunal que nos llevó a tener buena cantidad de listas y candidatos. Eso es una tarea bien importante y especial de los voluntarios que tenemos en todo el país. Por eso estamos satisfecho de la cantidad de listas que tenemos.

Nunca antes la población 14 a 17 años no se había pensado como electora o hábil para ser elegida, pero los CJ cambian el paradigma. ¿Cómo va la participación de estos en sus listas?

Recién este rango etario se tenía en cuenta. Difícilmente tenían participación en el campo democrático, por eso hay un desconocimiento muy grande del espacio que tenían para participar en los consejos. Sin duda, una vez uno les muestra los problemas que van a tener para desarrollar su procesos de vida, hay muchas simpatías a la oportunidad que se les da para participar en las políticas públicas y consolidar liderazgos.

¿La campaña de Dignidad para los CJ cómo ha sido?

Tenemos dos elementos diferenciadores como partido. Primero, entendimos que no somos la generación de los pequeños cambios, sino la de las grandes transformaciones. Esto lo hacemos porque entendemos que el país está mal y ha sido mal gobernado en los últimos 30 años y que implica la necesidad de ajustar la situación económica y social de Colombia. Los jóvenes en Dignidad entendimos que padecemos la política o la hacemos. Pero entendiendo la política como un servicio público con vocación de servicio, aislados de cualquier tipo de corrupción y de clientelismo, porque entendemos que la forma en la que se llegan a los espacios de participación definen también cómo se va a ejercer la labor.

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Normalmente se asocian los jóvenes a los partido alternativos, pero las cifras muestra que en candidaturas prefirieron los tradicionales, ¿qué les pasó?

Yo creo que hay dos explicaciones de esa tendencia. Evidentemente los partidos oficialistas existen hace mucho tiempo y, aunque sus ideas no le convienen al desarrollo nacional, están arraigadas en la conciencia social. Eso los hace partir la carrera con mejores condiciones. También, los partidos tradicionales han replicado el conjunto de prácticas de clientelismo y corrupción que hay en otras zonas de Colombia. Hay denuncias de esos estilos que deterioran la democracia en las campañas de los Consejos de Juventud. Eso nos preocupa.

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¿Ven estas elecciones como un pulso para 2022?

Yo creo que sería ingenuo desligar la campaña de juventud con los demás procesos electorales. Sin duda entendemos que los cambios se dan en todas las instancias y los voluntarios entendemos que esta campaña tiene que ver con la elección presidencial y de Congreso. Estamos diputando en el campo de la conciencia colectiva cómo se va a dirigir Colombia en los próximos años y usamos estos espacios para dotar de mejor estructura a nuestro partido para afrontar con mayor eficiencia lo que se viene en el próximo año.