El próximo miércoles 7 de febrero, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas vendrá de visita a Colombia. Representantes de 15 Estados miembros tendrán reuniones con el presidente Gustavo Petro, funcionarios del Gobierno, congresistas de casi todos los partidos políticos, firmantes de paz, entre otros.
Su visita, que pasará por Bogotá, Caquetá, Cesar y Cartagena, responde al seguimiento que ese organismo le hace desde hace ocho años al Acuerdo de Paz que firmó el Gobierno con la antigua guerrilla de las FARC.
En entrevista con Colombia+20, Carlos Ruiz Massieu, representante especial del secretario general de la ONU en Colombia y jefe de la Misión de Verificación de ese organismo en el país, habla sobre los alcances de este viaje, el tercero que hace el Consejo de Seguridad de la ONU a Colombia.
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¿Qué objetivos tiene la visita del Consejo de Seguridad de la ONU?
La visita es para seguir expresando ese apoyo y confianza que se tienen en Colombia, en una historia de éxito a nivel global, independientemente de que todos conocen las dificultades, los problemas y los rezagos. Además, evaluar a través de reuniones tanto en Bogotá como en diferentes regiones cómo va a juicio de diferentes actores su ejecución. La visita tiene ese doble propósito, pero también ese simbolismo y toda esa historia de apoyo a Colombia. Cada tres meses presentamos informes ante esa instancia, pero era importante para el Consejo venir al país.
Además, no venía desde que fue ampliado nuestro mandato -el de la Misión- con nuestras tareas sobre hacer seguimiento al cumplimiento del capítulo étnico y el de la reforma rural integral, así como el que tenemos de monitoreo al cese el fuego entre el Gobierno y la guerrilla del ELN y el acompañamiento que estamos haciendo en el proceso con la disidencia de las antiguas FARC, autodenominada como Estado Mayor Central (EMC), ese último en el que aún no tenemos mandato.
¿Qué podemos conocer de la agenda?
La primera parte de la visita será en Bogotá. Tendrán diálogos con actores nacionales, con el Gobierno, las cabezas de las entidades implementadoras del Acuerdo de Paz, quienes lideran los diálogos con los diferentes grupos en el marco de la política de paz total. Se reunirán con los firmantes de paz, organizaciones de la sociedad civil -grupos de derechos humanos, sector privado, plataformas de mujeres-. También con la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), con congresistas de diferentes partidos -incluidos quienes fueron elegidos en las curules de paz o curules de las víctimas del conflicto- y diferentes aspectos ideológicos para que escuchen diferentes voces. Es importante para ellos escuchar diferentes voces sobre diferentes aspectos de la implementación del Acuerdo de Paz y su visión sobre cómo avanzan los diálogos de paz.
¿Ya hay planeado un encuentro con el presidente Gustavo Petro?
Sí, se espera que se encuentren con el presidente.
Entiendo que tendrán dos visitas en territorios, ¿dónde serán?
Sí, tendrán visitas al terreno para analizar la implementación de diferentes aspectos del Acuerdo y, sobre todo, escuchar la visión de comunidades étnicas y afros. Visitarán Caquetá y Cesar.
¿Por qué y cómo se escogieron esos dos departamentos?
La agenda se les prepara y se les dan diferentes opciones. El Consejo de Seguridad decide qué es lo que quiere ver y ellos toman la decisión basada en lo que es lo más idóneo a sus intereses. Esos dos fueron los escogidos no solo por geografía, sino por lo que sucede en esos lugares.
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¿Cuál es la importancia de la visita del Consejo de Seguridad de la ONU de cara al momento que vive Colombia?
Es una visita importante por varias razones la primera es por volver al génesis: el Acuerdo de Paz y el proceso de paz. Una vez el acuerdo llegó al Consejo de Seguridad en 2016, se instancia abraza ese pacto de las partes. Desde entonces, es decir, durante los últimos ocho años ha habido un apoyo permanente del Consejo de Seguridad y, además, que no es lo habitual desafortunadamente dada las diferencias que hay entre los países miembros. Que los 15 miembros estén a favor de apoyar la paz de Colombia es algo destacable.
Es la tercera vez que visitan a Colombia, la última fue en julio de 2019, ¿qué ha cambiado desde entonces?
Esta visita es una reiteración de ese apoyo internacional a los esfuerzos de paz de Colombia. Aquí hago un paréntesis. Yo siempre he dicho que desafortunadamente al menos la mitad de los acuerdos de paz en el mundo no llegan a los cinco años. Y eso se suma a que hoy en día tenemos un número de conflictos mucho mayores y más complejos: medio oriente, Ucrania, guerras internas. Entonces Colombia sigue dando estos mensajes positivos al mundo, primero de la posibilidad de resolver conflictos y por otro lado de seguir implementando su Acuerdo de Paz, no obstante algunas dificultades.
¿Llevan tiempo planeando esta visita o esta fecha tiene que ver con los recientes informes que ha entregado la Misión de Verificación la ONU?
Ha habido un interés del Consejo de visitar Colombia hace un tiempo, por lo menos desde el año pasado. Hubo una invitación abierta que hizo tanto la vicepresidencia Francia Márquez cuando ella estuvo en el Consejo en una de las entregas de los informes de la Misión, el canciller Álvaro Leyva también ha hecho extensivas esas invitaciones, pero había que buscar el momento adecuado para el Consejo viniera. Hay una cosa importante y es que el Consejo no viaja demasiado, hará dos o tres viajes por año. Además, Guyana que desde enero tiene la presidencia del Consejo, expresó su interés de que la visita fuera su bajo ese período. Creo que era un momento bueno para ellos y creo que también bueno para Colombia.
En la presentación del más reciente informe de la Misión la representante de EE. UU. condicionó la ampliación del mandato para verificar el cese con la disidencia conocida como Estado Mayor Central (EMC), ¿la visita podría despejar esas dudas?
Lo importante es que el Consejo esté convencido del apoyo y del acompañamiento de diferentes procesos. En el caso del ELN tenemos un mandato para verificar el cese al fuego completamente y de parte del secretario general de la ONU tenemos también la instrucción de acompañar de manera política, de representarlo a él en la mesa y de apoyar a la mesa para que avance. En el caso ce EMC, todavía no se tiene ese mandato. El Consejo de Seguridad en su momento expresó su disposición para considerar su ampliación una vez se dieran ciertos elementos.
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¿Y ve ambiente para que sé dé esa ampliación?
Creo que el hecho de que hayan extendido o prorrogado el cese al fuego entre el Gobierno y el EMC es un elemento importante, junto con la estructura que está trabajando esa mesa de diálogos, pero todo eso debe ser considerado por el Consejo para que en su momento valore si extiende ese mandato, y la visita definitivamente es una oportunidad para tener diálogo con las delegaciones del Gobierno.
La visita del Consejo de Seguridad empezará el 7 de febrero y el ELN hizo una ampliación del cese hasta el 5 de febrero, pero mientras continúan negociando una prórroga más larga. Si no hay cese con el ELN, ¿la visita se mantiene?
Sí, la visita se mantiene pase lo que pase en el país. Pero sí quiero decir como Misión de Verificación de la ONU y como representante del secretario general, que estoy muy confiado en que el cese se va a prorrogar y se va a fortalecer. Esta extensión de unos días era importante para las delegaciones, porque necesitaban tiempo para seguir evaluando cómo ha funcionado, qué ha funcionado, hacer correctivos, fortalecer el cese y el Mecanismo de Verificación y Monitoreo (incluyendo la suspensión del secuestro con fines extorsivos o retenciones, como les dice el ELN).
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En varias entrevistas usted e incluso funcionarios del Gobierno han dicho que 2024 es el año de la implementación, ¿qué significa esto?
Hay muchos avances específicos, pero todavía hay mucho trabajo por hacer. En el caso de la reforma rural se ha ido más rápido tanto en compra y adquisición de tierras como en formalización, pero quizás menos en adjudicación. En el capítulo étnico, después de pasar por una muy necesaria, planeación y articulación, necesitamos acelerar las medidas concretas. Es un año que es muy importante para que se acelere la implementación pensando en que es beneficioso para sí mismo, es decir para el mismo Acuerdo, pero también en que ese pacto es la columna vertebral de la política de Paz Total que, sumada a los diálogos con otros grupos, pueden tener resultados más sostenibles y duraderos de una paz con más beneficios a las comunidades.
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¿Esos son los mismos temas que le preocupan al Consejo o hay otros más?
Sí, aunque le sumaría el tema de enfoque de género y de seguridad que ha estado presente permanentemente tanto en nuestros informes como en lo que han expresado los miembros del Consejo de Seguridad. Los asesinatos de excombatientes, los asesinatos de líderes y lidereas sociales, de defensores y defensores de derechos humanos están entres esas prioridades y preocupaciones. Lo otro es que, si bien ha habido avances en la política de desmantelamiento de organizaciones criminales y sus redes de apoyo, falta aumentar el énfasis en los elementos de prevención y a las políticas públicas de protección a los líderes y lideresas, que tiene a cargo el Ministerio de Interior. Los propios diálogos están orientados a buscar acuerdos que permitan tanto como tratos parciales, pero con miras a acciones de largo plazo que permitan realmente que las comunidades experimenten la reducción de violencia.
Los dividendos de paz que se vivieron entre 2016 y 2017 empezaron a perderse, entonces ahora es importante que estos diálogos redunden en esos resultados positivos y que luego el Estado incremente su presencia para no entrar en círculos viciosos y que las comunidades vuelvan a sentir los beneficios de la paz, pero que ahora los experimenten de manera más más sostenida.
En diciembre, la experta internacional para los Derechos Humanos, Antonia Urrejola, dio un informe preliminar sobre los obstáculos a la implementación del Acuerdo de Paz. ¿La visita del Consejo ahondará sobre ese informe o sobre puntos del documento?
Es un documento que se conoce en Nueva York, en la última comunicación del Consejo se hace alguna mención a ella. Dentro de la agenda el Consejo está reunirse con las diferentes agencias que componen el sistema de Naciones Unidas en el país donde está, por supuesto, la Oficina del Alto Comisionado de derechos humanos. Si hubiera elementos que esa oficina considera que el Consejo deba volver a escuchar seguramente será del conocimiento de ellos.
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Lo pregunto porque ella investiga el posiblemente caso de entrampamiento a la JEP. El mismo canciller Leyva ha pedido al Consejo de Seguridad que se revise el trabajo del tribunal de paz, la carta que le envió el presidente Petro hace unos meses al Consejo también iba por ese lado…
En la agenda el Consejo tendrá interacción con el Gobierno y que si quiere elevar el tema seguramente lo va a volver a hacer. Como le dije, el Consejo también se va a reunir con la misma JEP para profundizar. Desde la óptica nuestra lo relevante con la JEP es la preparación y los avances hacia la emisión de las sanciones propias, que es parte de nuestro mandato.
¿De esta visita sale un informe, una declaración, un documento del Consejo de Seguridad? ¿Qué tan vinculantes serán las conclusiones u observaciones de esta visita?
El Consejo de Seguridad siempre hace un informe de visita que circula de manera interna en Nueva York una vez que regresa de su viaje al terreno. Y aquí seguramente comunicarán a la opinión pública los resultados de su visita. Tiene ese doble carácter: lo institucional o a través de los medios de comunicación. Lo vinculante normalmente lo decide Nueva York cuando emiten resoluciones y eso paso con las renovaciones de mandato de la Misión de Verificación o a menos que haya una necesidad particular de emitir una resolución producto de su propia valoración.
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