Es miércoles, día de El Espectador le explica. La semana pasada, justo cuando enviamos este acostumbrado boletín de noticias a toda nuestra comunidad, recibimos varias respuestas con propuestas sobre temas a desarrollar. Una de ellas vino de la cuenta de correo electrónico del señor Pinzón, quien nos pedía que escribiéramos sobre “la escalada de violencia contra los policías”. Sí, justo hemos registrado una docena y más de noticias sobre el denominado ‘plan pistola’, sobre lo que ha dicho el Gobierno nacional al respecto y sobre los hechos violentos en contra de uniformados en varias zonas del país. Por eso el texto de hoy busca explicar el por qué están atentando en contra de la Fuerza Pública, qué es lo que está sucediendo en el país como para que regresáramos a aquel lamentable y cruel capítulo de la violencia en Colombia cuando el narcotraficante Pablo Escobar Gaviria pagaba a sus sicarios para asesinar a miembros de la Policía Nacional. Dejaremos a continuación todos los contenidos que ha publicado la redacción Judicial y la redacción Nacional al respecto y, como cada ochos días, les recomendamos entrar a cada uno de los vínculos para entender mejor cada detalle sobre el tema. Comencemos.
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Vayamos un poco atrás: el 22 de mayo del 2017 nuestro colega José David Moreno Escobar, en entrevista con el comandante de la Policía para el Urabá, el coronel Luis Eduardo Soler, indagó sobre el por qué los uniformados eran blanco de los violentos: La respuesta de Soler dejó clara la lectura desde la autoridad castrense: “En el Clan del Golfo están desesperados”. En la entrevista, que aparece completa aquí, dijo: “En el interior del Clan hay un resquebrajamiento; se ve que ya no tienen el mismo músculo financiero. El enfrentamiento interno es entre los dos miembros más importantes del clan: alias Otoniel y Gavilán. El primero dirige todo lo relacionado con el narcotráfico, mientras que el segundo lidera el brazo militar. Gavilán no sabe cómo la Policía obtiene información tan fácilmente sobre ellos. Gente del Clan nos contó que en esa búsqueda por encontrar los responsables se han dado desavenencias entre los dos líderes y que incluso han matado miembros del Clan. Están desesperados. La gente empezó a confesar ante las autoridades porque le empezaron a deber meses de trabajo dentro del grupo criminal y se cansaron. No tienen el mismo dinero que antes. Este ‘plan pistola’ es un intento desesperado de frenar las actuaciones de la Policía y de la Fuerza Pública en general”.
Para febrero de 2019 el entonces ministro de Defensa, Guillermo Botero, lo había dicho tras un hecho violento, de esos que vamos registrando en este país con tanta frecuencia: “Uno no tiene el asesinato de cuatro policías que se ve de una manera espontánea, eso fue de manera coordinada, obviamente que tienen una conexión y esa conexión es el Eln”, dijo en ese instante. No era muy clara su declaración, más bien confusa, pero advertía que la muerte de esos cuatro uniformados, de acuerdo con su hipótesis, se había ejecutado bajo el denominado ‘plan pistola’ a manos de esta guerrilla. “En el marco de esa primera línea de investigación, de hipótesis sobre este cobarde asesinato de nuestros policías, todo apunta a que Pablito, cabecilla del Eln, criminal que se encuentra ejerciendo ese poder terrorista a lo largo de la frontera, sería el autor intelectual de estos hechos”, dijo pocos días después el general Juan Carlos Buitrago, director de la Policía Fiscal y Aduanera.
En junio de ese mismo año, a eso de las 4:00 pm, era el entonces gobernador de Nariño, Camilo Romero, quien le confirmaba al país un hecho de violencia en su departamento: “Hablé con el comandante de Policía Nariño. Nos confirma que en el casco urbano de Cumbal se presentó un nuevo hecho de violencia. Plan pistola contra integrantes de la Policía Nacional. Jaime Medina y Edison Muñoz las víctimas. Rechazo total y condena a estos hechos”. Y no era un hecho aislado, era, más bien, un eslabón más de la cadena violenta en esa zona del país. Un periodista y una personera se contaban entre los registros de asesinatos. Dos soldados, de acuerdo con el Ejército, resultaron heridos esa misma semana y uno de ellos había muerto. “En Nariño operan grupos criminales como la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional, disidencias de las Farc y el Clan del Golfo que tratan de hacerse con el dominio de un territorio clave para el narcotráfico”, nos recordaba el equipo de Nacional.
Allí, el gobernador traía a la denuncia presente esa práctica con muchos antecedentes en medio del conflicto armado colombiano conocido como ‘plan pistola’. Sí, la misma que han usado por años los grupos criminales al margen de la ley, como las guerrillas y los que se armaron tras las desmovilizaciones paramilitares. Los dos policías muertos fueron atacados a tiros por “desconocidos” bajo ese modelo que ha sido la estrategia utilizada para, precisamente, ejecutar asesinatos selectivos de los uniformados. Lo había hecho el Cartel de Medellín en su guerra contra el gobierno de la época. Ya, en el 2022, los protagonistas siguen siendo los mismos, las víctimas también y los reportes noticiosos tal cual. El círculo de la violencia se mantiene, como los paros armados, otra estrategia del conflicto usada por todos estos actores violentos en donde siempre, siempre, los más afectados son los ciudadanos de a pie. La población civil. Y, claro, los uniformados:
Colombia
El gobierno Duque habla de un plan pistola del Clan del Golfo en Antioquia
Judicial
Capturado alias “Villa” señalado de participar en el paro armado del Clan del Golfo
Colombia
Atentado contra la Policía en Tuchín (Córdoba) deja un policía muerto y uno herido
Colombia
Se reforzó la seguridad en cuatro corregimientos de Medellín por el Clan del Golfo
Con alias Otoniel extraditado (máximo cabecilla del Clan del Golfo o como se han autodenominado Autodefensas Gaitanistas de Colombia), con su hermana capturada, con la inteligencia de las Fuerzas Armadas siguiendo la pista de sus cabecillas, hay que reconocer ese es “el grupo criminal más grande de Colombia y uno de los señalados de la mayoría de crímenes cometidos contra excombatientes y defensores de derechos humanos”, nos decía la redacción Judicial. El 25 de julio, “en medio de un operativo de la Dijín de la Policía, murió un integrante del Clan del Golfo que en los últimos días estaba bajo la lupa por ser el presunto cerebro del ‘plan pistola’ contra miembros de la Fuerza Pública ordenado por el grupo armado sucesor del paramilitarismo. Se trataba de Enoc Valencia Córdoba, alias Cherry, quien además de coordinar las recientes acciones criminales contra militares y policías, sería el líder de la subestructura Carlos Vásquez del Clan del Golfo en Apartadó, en el Urabá antioqueño”.
Dos días después la unidad de video de El Espectador hizo esta publicación para recordarnos con una cifra en la mitad, porque todo se va quedando en cifras, el número de policías asesinados en 2022 por cuenta del Clan del Golfo. Se habla de 20 uniformados. “Según la Policía Nacional, el Clan del Golfo ofrece entre US$1.000 y US$5.000 por cada policía muerto, al estilo del difunto narcotraficante Pablo Escobar en los años noventa, cuando lanzó el llamado ‘plan pistola’ en su guerra abierta contra el Estado colombiano”.
Por eso el 27 de julio, la semana pasada, Jhoan Sebastian Cote nos contó que en este 2022 un total de 36 uniformados han muerto cumpliendo funciones en toda Colombia. En esta galería interactiva podrá ver los departamentos más golpeados y el grupo armado organizado más violento contra la Fuerza Pública. “En el presente hay alerta máxima en Chocó, Antioquia, Córdoba y Sucre, precisamente por ese plan criminal anunciado por el Clan del Golfo, el cual desde el pasado 22 de junio, estaría detrás de la muerte de 11 uniformados. La Policía Nacional, no obstante, informa que a este grupo armado organizado se le atribuyen 15 de las 36 muertes registradas en 2022. El Eln y las disidencias de las Farc siguen tomando vidas en sus regiones, la última el pasado 26 de julio en Tibú (Norte de Santander)”, escribió.
Mapa de riesgo para la Policía de acuerdo con información del ministerio de Defensa:
La estrategia de Pablo Escobar contra la Policía que hoy replica el Clan del Golfo
“Hace 30 años, entre los crímenes de Bernardo Jaramillo y Carlos Pizarro, el cartel de Medellín puso en marcha su estrategia criminal de acabar con la Policía. Hoy, el director de la Policía asegura que el Clan del Golfo tiene una estrategia similar con el plan pistola, que ya ha causado la muerte de al menos 11 uniformados”, nos contaba el equipo periodístico de El Espectador.
Para entender este tipo de acciones, que no son nuevas y tampoco de uso exclusivo de un grupo ilegal, buscamos a quienes han venido investigando tipos de comportamientos como este para saber si resultan efectivos en su propósito de generar miedo, muerte, zozobra y, en últimas, la suma de todos los males para que la Fuerza Pública frene el accionar en su contra. Entrevistamos a “Leonardo González, codirector de Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz, (quien) dio claves para entender lo que está pasando con la muerte de policías en medio del plan pistola. El experto asegura que, aunque los grupos armados ilegales creen que con este tipo de ataques pueden mostrar su poderío para una eventual negociación, sobre la mesa esto resulta contraproducente”, nos contaba en este texto Daniel Osorio Posada. Aquí el avance de una de las respuestas: “Hemos hablado con gente del Bajo Cauca y nos dicen que, especialmente que en Caucasia y Cáceres, la extradición de Otoniel ha tenido mucho que ver. Todo eso es una repercusión que se está viendo ahora. Esto es lo que se rumora en el Bajo Cauca, pero también en otras zonas como acá en Bogotá. Cuando estos grupos quieren negociar, lastimosamente se quieren mostrar fuertes realizando acciones de fuerza para llegar ‘aireados’ a la negociación y tener unos resultados más fructíferos. Esto es una lógica perversa, pero que siempre se ha utilizado. Recordemos la época de las Autodefensas Unidas de Colombia, pero también de las Farc y el Eln, que en todos los escenarios previos a una negociación, se tratan de medir fuerzas. Acá, tristemente, se da con el homicidio de varios policías y militares en una situación gravísima”.
El ministro de defensa, Diego Molano, el director de la Policía, general Jorge Vargas, y otras autoridades han condenado los hechos y recientemente se dieron cita en un encuentro litúrgico para rendir homenaje a los policías que han sido asesinados; hablamos del posible sometimiento a la justicia del Clan del Golfo al nuevo gobierno, la ayuda que pide el coronel Daniel Mazo, comandante de la Policía de Antioquia; y la crítica a que el costo de sentarse a dialogar en un proceso de paz con ese grupo armado sea el de perder las vidas de los y las policías:
Judicial
Plan pistola: Escuelas de formación y uniformados en todo el país rinden homenaje
Judicial
Plan pistola: el mensaje de poder redactado con las vidas de los policías
Judicial
“Necesitamos el apoyo de la comunidad”: comandante de la Policía en Antioquia
Opinión
A través de una carta, la Federación Nacional de Departamentos y los gobernadores de todo el país se refirieron al plan violento que se está adelantando: “Condenamos con vehemencia la ola de violencia que viene azotando a las regiones, especialmente la generada por el “plan pistola”, emprendido por el Clan del Golfo, en el que cobardemente han asesinado a nuestros compatriotas policías y militares”.
El gobernador de Sucre, Héctor Olimpo, también ha levantado la mano para pedir ayuda y le solicitó al ministro de Defensa prestar acompañamiento militar a las estaciones de policía del departamento. “Hemos cancelado los eventos públicos durante los próximos 15 días. Había corralejas, eventos taurinos, pero los eventos que expongan, no solamente a la sociedad civil, sino también a la fuerza pública, fueron cancelados”, dijo. Justo ese mismo día se dijo que Sucre, Bolívar, Córdoba, Antioquia y Cesar están bajo la lupa de las autoridades por un posible paro armado por parte del Clan del Golfo, en palabras del ministro de defensa, Diego Molano, tras culminar un consejo de seguridad adelantado en Sincelejo, Sucre. Y precisamente fue el ministro quien informó: “Se anuncia la llegada de 800 hombres a estos departamentos, específicamente para que hagan presencia en los municipios más afectados, para contribuir con la prevención y protección de las instalaciones policiales (…) También se han destinado 350 hombres del Ejército que llegan a partir de mañana, especialmente para el Sur de Cesar y el Sur de Bolívar, y por parte de la Infantería de Marina, serán 650 hombres adicionales quienes trabajarán en la Mojana Sucreña y también para los Montes de María”.
La Fiscalía, justo en momentos en los que el país está viendo cómo asesinan a sus policías, inició un proceso de extinción de dominio a más de 600 bienes que, al parecer, eran propiedad de altos mandos del Clan del Golfo como El Indio o Pipón, nos contaban los periodistas de la sección Judicial. Propiedades y animales valoradas en más de $50.000 millones. Una realidad que, una vez más, demuestra el poder económico producto del tráfico de drogas que tiene este grupo armado. Una verdad a viva voz, aunque todavía se maneje la debida prudencia en la investigación porque la cosa va más allá, pues este 2 de agosto también se anunció la ocupación de otros bienes con extinción de dominio relacionados con el Clan del Golfo. “Se presume que las referidas propiedades habrían sido adquiridas con dineros producto del envío de toneladas de cocaína desde Colombia hacia Panamá, Costa Rica, Honduras, Guatemala y México, con destino final a Estados Unidos”, explicó Liliana Patricia Donado, directora de extinción de dominio de la Fiscalía. Se refiere a “10 predios rurales, cinco urbanos, ocho vehículos, dos sociedades, un establecimiento de comercio y 572 semovientes” valorados en $41 mil millones.
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La Policía, como muy bien lo había dicho un alto funcionario del Gobierno, no puede estar tranquila ni cuando está descansando. Se nos ha explicado la razón de ser de esta fuerza y esa es la de la protección de la comunidad -aunque las críticas no sean pocas cuando se hacen evidentes los abusos de autoridad y todos conozcamos también aquel argumento de las manzanas podridas-, la de brindar guardia y protección en las ciudades y apoyo en la zona rural. Justo el general Jorge Luis Vargas Valencia, director de la Policía, pidió a la ciudadanía que se movilice para rechazar los ataques contra de sus uniformados. La labor de la Policía, por su grado de experiencia en un conflicto de más de 50 años, ha venido sumando en las acciones que todo el compilado de la Fuerza Pública en Colombia ha tenido que librar en contra de la delincuencia, organizada o no, pero al final delincuencia, en casi todos los rincones del país. Y librar una guerra en contra de un enemigo que, vestido de civil, resulta disparando y acabando con la vida de los uniformados evidencia un desequilibrio en las partes en conflicto y el por qué, en últimas, resulta dejando expuestos a los servidores públicos.
El asunto es tan cruel y macabro que el mismo “Dairo Antonio Úsuga, Otoniel, exlíder del Clan del Golfo, preso en Estados Unidos, le pidió a este grupo armado que detuviera las actividades violentas contra la Fuerza Pública. Además, solicitó que participen de un acuerdo de paz con el Gobierno nacional”, nos contaban justo ayer los periodistas de la sección Judicial. En el documento se lee: “Un llamado al estado mayor de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) a cesar todas las actividades en contra la Fuerza Pública de Colombia. No más paros armados porque se le está haciendo daño a la población civil”. Ha dicho la Policía que este grupo armado estaría pagando entre $5 y 20 millones por policía muerto en los departamentos donde hace presencia, aunque también se había hablado de pagos entre los US$1.000 y los US$5.000.
De acuerdo con declaraciones entregadas por alias ‘Otoniel’, durante el gobierno de Juan Manuel Santos se dieron acercamientos para buscar un sometimiento a la justicia en busca de la tan anhelada paz total. El periodo de Iván Duque está quemando sus últimos cartuchos y ahora le corresponderá a la administración de Gustavo Petro gestionar dichas conversaciones, así como ya ha quedado claro, por lo menos en cuanto a voluntad se refiere, el objetivo de sentarse a dialogar con el Eln. Todo esto por el bien de todos, por la vida de los y las colombianas, de tantos padres, hijos, hijas, madres, hermanos y hermanas que han visto caer a sus familiares en medio de una violencia que no ha servido para nada. Para nada.
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